El Bosque, el Perro, el Zorro y la Casa
En un bosque muy lejano, vivía un perro llamado Pipo. Pipo era un perro juguetón y curioso, que le encantaba explorar todos los rincones del bosque.
Un día, mientras jugaba cerca de la orilla del bosque, conoció a un zorro llamado Zaz. Zaz era astuto y amigable, y pronto se hicieron amigos. Juntos, exploraban el bosque y descubrían cosas maravillosas. Un día, mientras caminaban, encontraron una hermosa casa construida con madera y decorada con flores.
"¡Mira, Zaz! ¡Qué bonita casa!" exclamó Pipo emocionado. "Sí, es muy linda. Pero debemos tener cuidado, Pipo. Esta casa pertenece a alguien, y no debemos meternos sin permiso", advirtió Zaz. Pipo, sin embargo, no escuchó a su amigo y decidió entrar a la casa.
Una vez adentro, vio que estaba vacía, pero encontró una mesa llena de alimentos deliciosos. "¡Qué rico todo esto!" exclamó Pipo mientras comenzaba a comer.
Zaz, preocupado, le recordó a Pipo la importancia de respetar la propiedad de los demás, pero Pipo no lo escuchó y siguió comiendo. De repente, escucharon unos pasos acercándose a la casa. Era el dueño de la casa, un simpático oso llamado Benito.
Benito quedó muy sorprendido al ver a Pipo y Zaz dentro de su casa. "¿Qué están haciendo aquí?" preguntó Benito con asombro. Pipo se disculpó y explicó que él no había querido hacerle daño, solo estaba maravillado con la casa y con la comida.
Benito, a pesar de su sorpresa, decidió darles una lección a Pipo y Zaz. Les explicó la importancia de respetar la propiedad ajena y la importancia de la amistad. Desde ese día, Pipo y Zaz aprendieron a respetar las pertenencias de los demás y valorar la amistad.
Juntos siguieron explorando el bosque, cuidando de la naturaleza y mostrando amabilidad hacia todos los seres que habitaban en él.
FIN.