El Bosque en Peligro



Había una vez, en un lejano bosque de Europa, un pequeño dragón llamado Fuego. Fuego era diferente a los demás dragones, ya que no le gustaba comer carne y prefería las frutas y verduras que encontraba en el bosque.

Esto causaba risas entre los otros dragones, quienes se burlaban de él por no seguir la tradición de alimentarse de animales.

Un día, mientras volaba por el bosque en busca de su comida diaria, Fuego se posó en un árbol para descansar. Para su sorpresa, escuchó sollozos provenientes del interior del tronco. Intrigado, decidió acercarse y descubrió a un pajarito atrapado entre las ramas. "¿Qué te pasa, amiguito? ¿Cómo puedo ayudarte?" -preguntó Fuego con gentileza.

El pajarito explicó que había caído al nido por accidente y que ahora estaba atrapado sin poder salir. Sin dudarlo, Fuego utilizó su aliento de fuego para quemar suavemente las ramas que aprisionaban al pajarito, liberándolo finalmente.

"¡Muchas gracias por salvarme! No sé cómo podré agradecértelo", dijo el pajarito con alegría. Fuego sonrió y respondió: "No tienes por qué agradecerme. Solo hice lo correcto". A partir de ese día, Fuego y el pajarito se convirtieron en grandes amigos.

El pajarito le enseñó a Fuego nuevas formas de ver el mundo y juntos exploraron cada rincón del bosque. La amistad entre un dragón y un pequeño pájaro se volvió famosa en toda la región.

Sin embargo, la paz en el bosque se vio amenazada cuando una manada de lobos comenzó a atacar a los demás animales. Los otros dragones intentaron detenerlos sin éxito, hasta que Fuego tuvo una idea brillante.

"¡Pájarito! Necesitamos tu ayuda para reunir a todos los animales del bosque", exclamó Fuego con determinación. El pájaro asintió y voló rápidamente por todo el bosque emitiendo un canto melodioso que resonaba en cada rincón.

Pronto, todos los animales se reunieron frente a Fuego y los demás dragones. Con valentía e inteligencia, Fuego ideó un plan para ahuyentar a los lobos utilizando trampas naturales del bosque.

Gracias a la colaboración de todos los animales, lograron expulsar a la manada de lobos y devolver la paz al bosque. Los demás dragones miraron asombrados la valentía y astucia de Fuego. A partir de ese día, dejaron de burlarse de él y lo respetaron como un igual.

La historia del pequeño dragón vegetariano que salvó al bosque se convirtió en una leyenda que perduraría por generaciones. Y así fue como Fuego demostró que ser diferente no es malo; al contrario, puede traer consigo grandes aventuras y amistades inesperadas.

FIN.

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