El Bosque Encantado



Había una vez, en un hermoso bosque encantado, una pequeña caperucita llamada Lola. Vivía con su abuela Matilde en una acogedora casita rodeada de árboles y flores.

Un día, mientras Lola paseaba por el bosque recolectando frutas, se encontró con un simpático lobo llamado Lucas. Lucas era diferente a los demás lobos; tenía el pelaje gris y unos ojos brillantes llenos de bondad. Lola y Lucas entablaron una amistad muy especial.

Juntos, exploraban el bosque y descubrían cosas maravillosas. Un día, mientras caminaban cerca de un arroyo, escucharon un ruido extraño proveniente del agua. Al asomarse al arroyo, vieron a una viejita rana atrapada entre las ramas.

Sin dudarlo ni un segundo, Lola y Lucas la rescataron. La rana estaba tan agradecida que les prometió concederles tres deseos como recompensa. El primer deseo de Lola fue que su abuela Matilde pudiera hablar con los animales del bosque para entenderlos mejor.

Al instante, la abuela Matilde despertó con esa habilidad especial. Ahora podía comunicarse fácilmente con todos los seres vivos que habitaban el bosque.

El segundo deseo fue pedido por Lucas: quería convertirse en un conejo para poder saltar y correr más rápido junto a Lola durante sus aventuras. Y así fue como Lucas se transformó en un conejo veloz y juguetón. El tercer deseo lo guardaron para cuando realmente lo necesitaran.

Continuaron explorando el bosque y ayudando a los animales que encontraban en su camino. Un día, mientras recogían manzanas del árbol más alto, una enorme serpiente apareció de repente. Lola y Lucas se asustaron y no sabían qué hacer.

Pero entonces, recordaron el tercer deseo que la rana les había prometido. Rápidamente, le pidieron a la rana convertirse en pasto para confundir a la serpiente.

Y así fue como en un abrir y cerrar de ojos, Lola se convirtió en pasto verde brillante mientras Lucas seguía siendo un conejo. La serpiente se acercó al pasto sin sospechar nada y Lucas aprovechó para saltar sobre su cabeza y distraerla. Mientras tanto, la abuela Matilde hablaba con los demás animales del bosque para pedir ayuda.

Todos juntos formaron un plan para atrapar a la serpiente y liberar a Lola del hechizo. Finalmente, lograron capturar a la serpiente y devolverle su forma original. Con gran alegría, Lola volvió a ser humana y todos celebraron su victoria.

Desde aquel día, Lola aprendió que la amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo. Aprendió también el valor de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.

Cada vez que paseaba por el bosque con su abuela Matilde, recordaban aquella aventura increíble junto al lobo convertido en conejo, la viejita rana y las manzanas del árbol más alto. Y así vivieron felices para siempre compartiendo amor y bondad con todos los habitantes del bosque encantado.

FIN.

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