El bosque encantado


Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un impresionante bosque. Un día, su abuela enfermó y la envió a llevarle una cesta llena de deliciosas galletas.

- 'Sofía, ten cuidado en el bosque, asegúrate de no hablar con extraños', le advirtió su mamá antes de salir. Sofía, con su cesta en la mano, se adentró en el bosque, emocionada por la aventura.

A medida que caminaba, sintió la presencia de alguien detrás de ella. Al darse vuelta, vio a un lobo gris observándola con ojos brillantes. - 'Hola pequeña, ¿a dónde te diriges?', preguntó el lobo con una sonrisa siniestra.

Sofía, asustada pero valiente, respondió: - 'Voy a visitar a mi abuela, no tengo tiempo para charlar'. El lobo asintió y se apartó por un momento. Sin embargo, no tardó en volver a aparecer, siguiéndola a cada paso. Al llegar a un claro, el lobo bloqueó el camino de Sofía.

- 'Pequeña, no tienes por qué tener miedo. Te mostraré un atajo para llegar más rápido a la casa de tu abuela', dijo el lobo con voz suave.

Sofía, recordando el consejo de su mamá, negó con la cabeza y decidió seguir el camino conocido. El lobo gruñó con frustración, pero no intentó detenerla. Finalmente, Sofía llegó a la casa de su abuela, quien la recibió con alegría. - 'Abuela, me encontré con un lobo en el bosque.

Me siguió todo el camino, pero logré llegar', le contó Sofía. La abuela, preocupada, le explicó que el lobo era un astuto y peligroso habitante del bosque, y que Sofía había demostrado mucha valentía al no ceder a sus engaños.

A partir de ese día, Sofía aprendió a ser aún más cautelosa en el bosque y comprendió la importancia de escuchar los consejos de sus mayores.

La valentía y la prudencia de Sofía inspiraron a otros niños del pueblo a ser más precavidos y a seguir las enseñanzas de sus mayores. Y así, el bosque encantado se convirtió en un lugar seguro para todos los que lo cruzaban.

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