El Bosque Encantado



Camila era una niña valiente a la que le encantaban las aventuras. Un día, recibió una carta de su abuela que vivía en el reino de Muy Lejano, informándole que estaba enferma y quería verla.

Camila decidió que haría cualquier cosa para visitar a su querida abuela. El único problema era que el reino de Muy Lejano estaba al otro lado de un enorme bosque encantado, un lugar misterioso del que se contaban muchas historias fantásticas y, a veces, aterradoras.

Aun así, Camila decidió que no dejaría que nada la detuviera. Con valentía, emprendió su viaje hacia el bosque encantado.

Al principio, todo parecía normal, pero a medida que avanzaba, los árboles se volvían más grandes y retorcidos, y las sombras parecían cobrar vida. - '¡Vaya, este bosque sí que da miedo!', pensó Camila, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Sin embargo, se recordó a sí misma que debía ser valiente y siguió caminando.

De repente, escuchó una voz misteriosa que le susurraba: - '¿A dónde crees que vas, niña valiente? Este bosque es un lugar peligroso para los mortales como tú'. Camila miró a su alrededor y vio a una criatura mágica con grandes ojos brillantes.

- 'Voy al reino de Muy Lejano, a visitar a mi abuela enferma', respondió Camila con determinación. La criatura la observó por un momento y luego sonrió con simpatía. - 'Eres muy valiente, niña.

Te ayudaré a cruzar el bosque, pero debes prometerme algo'. Camila asintió, dispuesta a hacer cualquier cosa para llegar a su destino. La criatura le advirtió sobre los peligros que encontraría en el bosque encantado y le dio un amuleto mágico que la protegería.

Con el amuleto en su poder, Camila enfrentó desafíos increíbles: atravesar un río lleno de hipopótamos colosales, esquivar a los duendes traviesos que le jugaban bromas, y desafiar al terrible dragón de tres cabezas que custodiaba el paso.

Con astucia y valentía, logró superar cada obstáculo. Finalmente, tras días de travesía, llegó a las puertas del reino de Muy Lejano. Su abuela la recibió con lágrimas de alegría y le dijo lo valiente y fuerte que era.

Camila supo en ese momento que todos los desafíos del bosque encantado habían valido la pena. Desde ese día, Camila visitó a su abuela con frecuencia, y la criatura mágica se convirtió en su amiga y la guiaba de regreso a casa cada vez que terminaba su visita.

La valentía y determinación de Camila no solo la llevaron a su destino, sino que también la llenaron de amistades y experiencias inolvidables en el mágico bosque encantado.

FIN.

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