El Bosque Encantado
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y majestuosas montañas, un bosque encantado donde la naturaleza vivía en armonía. En ese bosque habitaban diferentes criaturas: ardillas juguetonas, conejos curiosos, pájaros cantarines y árboles majestuosos.
Entre los árboles se encontraba el sabio Gran Roble, quien era el guardián del bosque y velaba por su cuidado.
Un día, una gran sequía afectó al bosque, y las plantas empezaron a marchitarse, los arroyos se secaron y los animales sufrían por la falta de agua y alimentos. Los habitantes del pueblo estaban preocupados al ver el deterioro del bosque, y decidieron pedirle ayuda al Gran Roble.
- Gran Roble, el bosque está sufriendo mucho por la sequía, ¿qué podemos hacer para salvarlo? - preguntaron los aldeanos. El sabio árbol escuchó con atención y les dijo: - Para restaurar el equilibrio en el bosque, necesitamos trabajar todos juntos.
Los animales pueden ayudar a dispersar las semillas, los pájaros pueden cantar para alegrar el ambiente, y ustedes, los seres humanos, pueden cuidar de los árboles y plantar nuevas semillas. Juntos, podemos traer de vuelta la vitalidad y el esplendor del bosque.
Inspirados por las sabias palabras del Gran Roble, los habitantes del pueblo se unieron para salvar el bosque. Trabajaron en equipo, sembrando semillas, cuidando de los árboles, y rezando por la lluvia.
Sus esfuerzos dieron frutos, y pronto la lluvia llegó al bosque, refrescando la tierra sedienta y devolviendo la vida a las plantas y animales. El bosque encantado volvió a ser un lugar de belleza y armonía, gracias al poder de la colaboración y el cuidado de la naturaleza.
Desde entonces, el bosque floreció más que nunca, demostrando que cuando nos unimos para cuidar y preservar la naturaleza, podemos lograr grandes cosas.
FIN.