El bosque encantado de Benito



Había una vez un niño llamado Benito, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Un lunes por la mañana, Benito decidió aventurarse a explorar el bosque, lleno de curiosidad y emoción.

Mientras caminaba entre los árboles altos y frondosos, escuchó un ruido extraño proveniente de detrás de unos arbustos. Con valentía, se acercó sigilosamente para descubrir qué era aquello. Y para su sorpresa, encontró a un pequeño conejito atrapado entre las ramas.

Benito se agachó y cuidadosamente liberó al conejito del enredo en el que estaba atrapado. El conejito parecía asustado al principio, pero cuando vio la amabilidad en los ojos de Benito, comenzó a confiar en él.

"¡Gracias por salvarme! -dijo el conejito con una voz suave-. Me llamo Cascarita". "De nada, Cascarita", respondió Benito sonriendo-. "¿Qué haces aquí tan solito?"Cascarita explicó que había perdido a su familia mientras jugaban y no sabía cómo regresar a casa.

Benito sintió compasión por él y decidió ayudarlo a encontrar su camino de regreso. Juntos emprendieron una larga caminata por el bosque.

Mientras buscaban pistas que los llevaran hasta la madriguera de Cascarita, se encontraron con otros animales que necesitaban ayuda. Primero fue una ardilla cuya comida había sido robada por un pájaro travieso; luego una tortuga que estaba perdida y no podía encontrar su estanque.

Benito, con su corazón generoso, resolvió cada problema que encontraban en el camino. Ayudó a la ardilla a recuperar sus nueces y guió a la tortuga de regreso a su hogar. Cada vez que ayudaba a un animal, se sentía feliz y satisfecho.

Finalmente, después de muchas aventuras juntos, Benito y Cascarita encontraron la madriguera del conejito. La familia de Cascarita estaba esperando ansiosamente su regreso, y todos se alegraron al verlo sano y salvo. "¡Gracias por traerme de vuelta a casa!" -dijo Cascarita emocionado-.

"Eres un verdadero amigo". "Ha sido un honor ayudarte", respondió Benito con humildad-. "Me alegra haber conocido a tu familia". Con lágrimas en los ojos, Cascarita le dio un abrazo apretado a Benito antes de despedirse.

Pero justo cuando pensaban que su historia había llegado a su fin, apareció una mariposa brillante volando hacia ellos.

La mariposa les dijo que había escuchado sobre las buenas acciones de Benito en el bosque y quería recompensarlo por ser tan amable con los animales necesitados. Con un toque mágico de sus alas, transformó el bosque en un lugar lleno de coloridas flores y árboles frutales.

Benito no podía creer lo que veían sus ojos: el bosque ahora era aún más hermoso gracias al poder de la bondad. Desde ese día en adelante, Benito se convirtió en el guardián del bosque. Cada vez que alguien necesitaba ayuda, él estaba allí para tender una mano amiga.

Y todos los animales lo amaban y respetaban por su valentía y generosidad.

Así, el niño que caminó por el bosque un lunes por la mañana descubrió que las pequeñas acciones pueden tener un gran impacto en el mundo y que la bondad siempre es recompensada de alguna manera mágica.

FIN.

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