El Bosque Encantado de Celeste y Draco


Había una vez un hermoso bosque encantado donde vivía un hada llamada Celeste. Celeste era morena, cariñosa y siempre vestía con un hermoso vestido azul lleno de estrellitas.

Pero además de ser adorable, tenía un gran poder: podía hacer magia con su varita. Un día soleado, Celeste decidió adentrarse en el bosque en busca de deliciosas setas para preparar una cena mágica.

Mientras caminaba entre los árboles, se dio cuenta de que había perdido el rumbo y se encontraba cada vez más lejos de su hogar. De repente, escuchó un aullido aterrador. Era el lobo malvado del bosque que la estaba persiguiendo para comérsela.

Asustada y sin saber qué hacer, Celeste comenzó a correr desesperadamente en busca de una salida. En ese momento crítico apareció frente a ella un imponente dragón de colores brillantes. Pero este no era como los demás dragones; era bueno y amigable. Su nombre era Draco.

Draco extendió sus alas enormes y protegió a Celeste del lobo malvado con su aliento ardiente. El lobo retrocedió asustado ante la presencia del dragón y huyó despavorido.

Celeste estaba muy agradecida por la ayuda inesperada de Draco y le preguntó cómo podía recompensarlo por salvarle la vida. Draco sonrió amablemente y le dijo: "No necesito ninguna recompensa, solo quiero ayudarte". Juntos, Celeste y Draco comenzaron a buscar una salida del laberinto del bosque.

Celeste utilizó su varita mágica para iluminar el camino y Draco volaba por encima de los árboles, guiándola con su vista aguda.

Mientras buscaban la salida, Celeste y Draco se dieron cuenta de que estaban rodeados por una gran cantidad de animales del bosque que también estaban perdidos. Al ver a Celeste y al dragón, los animales sintieron una nueva esperanza. Celeste decidió utilizar su magia para ayudar a todos los animales a encontrar el camino de regreso a sus hogares.

Con un toque mágico de su varita, creó pequeñas luces brillantes que indicaban el camino correcto. Poco a poco, cada animal encontró su camino gracias a las habilidades mágicas de Celeste y la guía amable de Draco.

Finalmente, llegaron a la salida del bosque y todos celebraron juntos. El dragón Draco les explicó a los animales cómo mantenerse seguros en el bosque y recordar siempre dónde vivían.

Les enseñó a seguir las señales naturales que el bosque les ofrecía para no perderse nunca más. Celeste se despidió cariñosamente del dragón mientras este volvía hacia lo más profundo del bosque. Desde ese día en adelante, ella siempre llevaba consigo una pequeña piedra brillante como símbolo de gratitud hacia Draco.

Y así fue como Celeste aprendió la importancia de estar atenta en todo momento y cómo ayudar a otros cuando están perdidos.

Cada vez que miraba la piedra brillante, recordaba aquel día en el bosque encantado y sonreía sabiendo que siempre había alguien dispuesto a ayudar.

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