El bosque encantado de Elías


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Elías. Elías era un niño curioso, valiente y muy creativo. Siempre estaba buscando nuevas aventuras y retos para enfrentar.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, Elías se encontró con una ardilla herida. Sin dudarlo, decidió llevarla a su casa para cuidarla y curarla. Pasaron los días y la ardilla se recuperó gracias a los cuidados de Elías.

Un buen día, la ardilla le habló a Elías: "-¡Muchas gracias por haberme salvado! Como recompensa, te concedo tres deseos". Elías no podía creer lo que escuchaba, pero decidió pedirle tiempo para pensarlo.

Esa noche, Elías no pudo dormir de la emoción pensando en qué pedir como deseo. Finalmente, al día siguiente fue donde la ardilla y le dijo: "-Quiero que todos los árboles del bosque vuelvan a tener hojas verdes y frutos deliciosos", fue su primer deseo.

La ardilla sonrió y al instante todos los árboles del bosque se llenaron de vida nuevamente. Los pájaros regresaron a anidar en ellos y el bosque volvió a ser un lugar mágico y lleno de alegría.

Para su segundo deseo, Elías pidió: "-Quiero que todos los animales del bosque estén protegidos de cualquier peligro". La ardilla asintió con alegría y en ese momento apareció un escudo brillante que rodeaba todo el bosque, protegiendo a cada criatura que habitaba en él.

Finalmente, llegó el momento del tercer deseo. Después de pensarlo detenidamente, Elías dijo: "-Quiero que todos los niños del mundo tengan la oportunidad de ser felices y vivir sin miedos".

La ardilla lo miró con ternura antes de desaparecer en el bosque. Desde ese día, se dice que la magia de aquel encuentro entre Elías y la ardilla se esparció por todo el mundo llevando felicidad a cada rincón donde había un niño con sueños por cumplir.

Y así, Elías demostró que incluso siendo pequeño se pueden lograr grandes cosas cuando se tiene un corazón valiente y generoso.

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