El Bosque Encantado de Ezos



Había una vez en el bosque encantado de Ezos, una bruja malvada llamada Sandra.

Sandra vivía en lo más profundo del bosque, en una cabaña oscura y tenebrosa donde preparaba sus hechizos para hacerle la vida imposible a los habitantes del lugar. Un día, Sandra decidió lanzar un maleficio sobre el pueblo de Ezos, haciendo que todo se volviera gris y triste.

Los árboles perdieron su color verde brillante, las flores se marchitaron y los animales dejaron de cantar. La gente estaba desesperada y no sabía qué hacer para detener a la malvada bruja. Pero en el corazón del bosque vivía Luna, una niña valiente y curiosa que no le tenía miedo a nada ni a nadie.

Luna decidió enfrentarse a Sandra y devolver la alegría al pueblo de Ezos.

Con su mochila llena de herramientas mágicas que había recogido por el camino, se adentró en el bosque oscuro en busca de la cabaña de la bruja. Al llegar frente a la cabaña de Sandra, Luna vio que estaba rodeada por un campo de espinas afiladas que impedían acercarse. Pero ella no se dio por vencida e ideó un plan ingenioso.

Sacó una varita mágica brillante que le permitió crear un puente seguro sobre las espinas y así logró llegar hasta la puerta de la cabaña.

Al entrar, Luna se encontró con Sandra sentada frente a un caldero burbujeante lleno de líquido verde fluorescente. La bruja la miró con furia y le dijo:- ¡Cómo te atreves a entrar en mi morada, niña insolente! Prepárate para sufrir las consecuencias.

Pero Luna no se amedrentó y con valentía le respondió:- No te tengo miedo, Sandra. Sé que detrás de esa máscara de maldad hay alguien que también merece ser feliz. Devuélvele el color al bosque y encontrarás tu propia felicidad.

Las palabras de Luna resonaron en lo más profundo del corazón oscuro de Sandra. Por primera vez en mucho tiempo sintió una punzada de arrepentimiento por todo el daño causado. Lentamente, sus ojos comenzaron a brillar con una luz suave y reconfortante.

Sandra tomó la varita mágica que tenía guardada y con un gesto decidido rompió el hechizo gris que había lanzado sobre Ezos. Al instante, los colores regresaron al bosque: los árboles reverdecieron, las flores florecieron nuevamente y los animales empezaron a cantar jubilosos.

La gente del pueblo salió a celebrar junto con Luna y Sandra, quienes se abrazaron emocionadas por haber logrado traer la alegría de vuelta al lugar.

Desde ese día, Sandra abandonó sus prácticas malignas y se convirtió en una poderosa hechicera buena que ayudaba a todos los habitantes del bosque con sus habilidades mágicas. Y Luna siguió explorando nuevos caminos llenos de aventuras inspiradoras para seguir iluminando cada rincón oscuro con su valentía y bondad infinita.

Y colorín colorado este cuento infantil lleno magia ha terminado pero siempre habrá nuevas historias por descubrir... ¡Hasta pronto!

FIN.

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