El Bosque Encantado de la Abuela



Había una vez una abuela llamada Lola que tenía seis nietos hermosos. Dos de ellos eran niñas, llamadas Sofía y Valentina, y los otros cuatro eran varones, llamados Lucas, Mateo, Tomás y Juan.

Lola vivía en una pequeña casa en el campo, rodeada de árboles y flores. Sus nietos la visitaban todos los veranos para pasar tiempo juntos y disfrutar de las aventuras que les esperaban.

Un día soleado de verano, los seis nietos llegaron emocionados con sus maletas llenas de juguetes y ropa para quedarse unos días con su querida abuela. Al llegar a la casa, Lola les dio un gran abrazo y les dijo: "¡Bienvenidos mis amores! Estoy tan feliz de tenerlos aquí".

Los niños sonrieron felices mientras se instalaban en sus habitaciones. Esa tarde decidieron explorar el bosque cercano a la casa. Caminaron entre árboles altos y arbustos espesos hasta que encontraron un misterioso sendero oculto. Curiosos como eran, decidieron seguirlo.

Mientras avanzaban por el camino estrecho, escucharon risas lejanas. Al acercarse más, descubrieron un grupo de animales jugando en un claro del bosque. Había conejos saltando alegremente, ardillas haciendo piruetas en los árboles e incluso pájaros cantando melodías divertidas.

Los niños no podían creer lo que veían ¡Era todo tan mágico! Se acercaron tímidamente hacia los animales cuando uno de ellos se acercó a ellos: era un conejo muy amigable llamado Roco.

"¡Hola chicos! ¿Qué hacen por aquí?", preguntó Roco con una sonrisa. Los niños se presentaron y explicaron que estaban explorando el bosque. Roco les dijo que ese lugar era especial, un rincón lleno de alegría y diversión para todos los animales del bosque.

A partir de ese día, Sofía, Valentina, Lucas, Mateo, Tomás y Juan visitaban a sus nuevos amigos animales todas las tardes. Juntos jugaban al escondite, saltaban sobre charcos de agua e incluso construían casitas en los árboles.

Un día, mientras jugaban cerca del lago del bosque, escucharon un llanto desesperado proveniente de la orilla. Corrieron hacia allí y encontraron a un pequeño patito atrapado entre unas ramas.

Sin dudarlo ni un segundo, los seis nietos de Lola trabajaron juntos para rescatar al patito. Después de mucho esfuerzo lograron liberarlo y lo llevaron hasta su mamá pato que estaba esperándolo ansiosa. La mamá pata estaba tan agradecida que decidió invitarlos a todos a una gran fiesta en su nido.

Los niños aceptaron emocionados y fueron recibidos con canciones y bailes por parte de todos los demás patitos.

Después de esa increíble aventura, los niños comprendieron la importancia del trabajo en equipo y cómo cada uno tenía habilidades únicas para ayudarse mutuamente. Aprendieron la importancia de ser valientes cuando alguien necesitaba ayuda y cómo la amistad podía hacer posible cosas maravillosas.

Cuando llegó el momento de regresar a casa, los seis nietos de Lola se despidieron de sus amigos animales con abrazos y promesas de volver pronto. De vuelta en la casa de Lola, los niños le contaron emocionados todas las aventuras que habían vivido y cómo habían aprendido a trabajar juntos para ayudar a otros.

Lola sonrió orgullosa y les dijo: "Mis queridos nietos, estoy muy feliz de ver lo valientes y bondadosos que han sido. Recuerden siempre que la amistad y el trabajo en equipo pueden hacer posible cualquier cosa".

Y así, los seis nietos hermosos crecieron recordando siempre las lecciones aprendidas en aquel mágico bosque y compartiendo su amor y alegría con todos aquellos que conocían.

FIN.

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