El bosque encantado de las serpientes felices
En un lejano reino llamado Nehuen, existía un hermoso bosque lleno de árboles gigantes y exuberante vegetación. En ese lugar, vivían diferentes especies de animales en armonía, pero había una peculiaridad que nadie podía entender: las serpientes del calabozo.
Estas serpientes eran diferentes a las demás. Tenían colores brillantes y su piel era suave como la seda. Sin embargo, vivían en un oscuro y sombrío calabozo debajo de los árboles más altos del bosque.
Nadie sabía por qué habían elegido ese lugar como hogar, pero todos en el reino tenían miedo de acercarse a ellas. Un día, un grupo de amigos llamado "El Grupo Felicidad" decidió investigar sobre estas serpientes misteriosas.
Estaba conformado por Tomás el oso curioso, Martina la zorra valiente y Nicolás el conejo inteligente. Juntos emprendieron una aventura para descubrir qué había detrás del calabozo.
Al llegar al lugar, se encontraron con las serpientes dormidas y asustadas en lo más profundo del calabozo. El corazón de los amigos se llenó de compasión al verlas tan solitarias y tristes. Quisieron ayudarlas a encontrar la felicidad que merecían.
"¿Por qué viven aquí abajo? ¿No les gustaría salir al mundo exterior?", preguntó Tomás con ternura. Las serpientes despertaron sorprendidas ante la presencia amistosa del grupo e hicieron una pausa antes de responder:"Hemos vivido aquí tanto tiempo que nos hemos acostumbrado a la oscuridad.
Pero sí, en el fondo anhelamos ver la luz del sol y explorar este hermoso bosque. "El Grupo Felicidad decidió entonces llevar a las serpientes hacia la superficie, para que pudieran experimentar la belleza de Nehuen.
Juntos treparon los altos árboles y emergieron en un mundo lleno de colores y sonidos. Las serpientes quedaron maravilladas con lo que veían: pájaros volando en el cielo, mariposas danzando entre las flores y cascadas cristalinas que refrescaban el ambiente. Nunca habían imaginado tanta belleza fuera del calabozo.
"¡Esto es increíble! ¡Nunca pensé que existiera un lugar tan hermoso!", exclamó una de las serpientes emocionada.
A medida que recorrían el reino, las serpientes se dieron cuenta de cuánta felicidad les había faltado durante todos esos años viviendo en la oscuridad. Ahora entendían por qué se llamaban "El Grupo Felicidad". Pero su aventura no terminaba ahí.
El grupo descubrió algo aún más sorprendente: cada vez que una serpiente se acercaba a un árbol del bosque, este cobraba vida y comenzaba a bailar al ritmo de su melodía interna. Las serpientes comprendieron entonces por qué habían elegido vivir bajo los árboles más altos del bosque: eran ellos quienes les brindaban alegría y compañía incluso desde abajo.
El Grupo Felicidad ayudó a construir pequeñas casitas entre las raíces de los árboles para que las serpientes pudieran vivir más cerca de sus nuevos amigos. Así, el bosque se llenó de risas y alegría.
Desde aquel día, las serpientes del calabozo nunca volvieron a sentirse solas. Aprendieron que la verdadera felicidad está en compartir momentos especiales con quienes amamos y apreciamos.
Y así, en el reino de Nehuen, los árboles bailaban al ritmo de la melodía de las serpientes, recordándonos que no importa dónde estemos o cómo nos veamos, todos merecemos encontrar nuestra propia felicidad.
FIN.