El Bosque Encantado de Liora



En un hermoso bosque, lleno de árboles altos y flores de todos los colores, vivía una bruja buena llamada Liora. A diferencia de muchas brujas de los cuentos, Liora no tenía intención de asustar a nadie. Su misión en la vida era cuidar de los animales y la naturaleza.

Un día, mientras recolectaba hierbas mágicas, Liora escuchó un gran alboroto entre los arbustos. Se acercó con curiosidad y vio a un grupo de animales en apuros: un ciervo atrapado entre unas ramas, un conejito que no podía saltar porque tenía la pata atorada y un pequeño búho que había caído de su nido.

"¡Oh, no!", exclamó Liora. "¡Debo ayudarlos!"

Utilizando sus poderes mágicos, Liora comenzó a liberar al ciervo. Con un toque de su varita, las ramas se abrieron, y el ciervo pudo levantarse agradecido.

"Gracias, amable bruja", dijo el ciervo. "Me llamo Ciro. No sé qué hubiera hecho sin ti."

Liora sonrió y se dirigió al conejito, que se llamaba Lucho.

"No te preocupes, pequeño. Esto será rápido", le dijo mientras le sostenía la patita y la aliviaba con un hechizo suave. "¡Ya estás libre para saltar!"

Lucho, emocionado, hizo un gran salto y gritó:

"¡Soy libre! ¡Eres la mejor bruja del mundo!"

Finalmente, Liora miró al búho.

"¿Cómo te llamas, pequeño?" - le preguntó mientras lo envolvía en una suave energía mágica.

"Me llamo Tito. Pero necesito volver a mi nido, mi mamá debe estar muy preocupada", respondió el búho.

"Voy a llevarte, querido Tito", dijo Liora. Con un soplo de magia, alzó a Tito en el aire y lo guió hacia una rama alta, donde su nido lo esperaba.

Los animales estaban tan agradecidos con Liora que decidieron hacer una fiesta en su honor. Organizaron un gran banquete en el claro del bosque, con frutas jugosas, nueces y flores comestibles. Mientras todos se reunían para celebrar, un estruendo se escuchó en la distancia.

"¿Qué fue eso?" - preguntó Ciro, asustado. "Parece que viene de la colina."

Intrigada, Liora y los animales se acercaron a ver qué sucedía. Al llegar, encontraron un grupo de cazadores que estaban intentando atrapar a un grupo de animales.

"¡Debemos hacer algo!", dijo Lucho, temblando de miedo. "No podemos dejar que los atrapen."

Liora se dio cuenta de que necesitaba actuar rápido. Usó su magia para crear una densa niebla que cubrió el área, desorientando a los cazadores.

"¡Ahora!", gritó Liora. "¡Corran hacia el bosque!"

Los animales, agradecidos y motivados, corrieron lo más rápido que pudieron. Mientras tanto, Liora se quedó atrás, utilizando su magia para crear ilusiones y hacer que los cazadores se alejaran, dejándolos confundidos.

Finalmente, cuando los cazadores se dieron por vencidos, Liora se unió a sus amigos en el bosque. Todos estaban muy agradecidos.

"No sé cómo agradecerte, Liora", dijo Ciro, todavía recuperándose de la sorpresa. "Eres una verdadera heroína."

"No tengan miedo, mis amigos. Siempre estaré aquí para protegerlos", les dijo Liora con una sonrisa. "Este bosque es un hogar para todos nosotros."

Desde ese día, Liora se convirtió no solo en la bruja buena del bosque, sino también en la protectora de sus amigos animales. Juntos, aprendieron a vivir en armonía y a cuidar del bosque que tanto amaban, recordando siempre que, con valentía y amistad, podían superar cualquier obstáculo.

Y así, el bosque encantado siguió floreciendo, lleno de alegría y amor. Y Liora, la bruja buena, siempre abría sus brazos a todos los que necesitaban ayuda y compañía, recordándoles que lo más importante es cuidar de la naturaleza y de aquellos que nos rodean.

FIN.

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