El Bosque Encantado y el Valor del Respeto



En un bosque encantado, lleno de árboles altos y frondosos, vivían muchos animalitos felices. Entre ellos, estaban Lola la ardilla, Tom el conejo, y Lucas el zorrito.

Cada uno tenía su propio hogar, pero a veces compartían cosas, como el árbol frutal donde Lola guardaba sus deliciosas nueces y el hueco en el tronco donde Tom se refugiaba del sol. Un día, una sequía azotó el bosque, y todas las frutas y vegetales comenzaron a escasear.

Los tres amigos estaban preocupados y tenían hambre. -¡Oh, no! No queda nada de comer en el bosque –exclamó Lola con tristeza. -¡Debemos encontrar una solución! –agregó Tom, con preocupación. Lucas, el zorrito, tuvo una idea: -Podemos pedirle al árbol encantado que nos ayude.

Dice la leyenda que tiene el poder de multiplicar la comida. Y así, los tres amigos se encaminaron hacia el árbol encantado. Al llegar, el árbol mágico los escuchó con atención y accedió a ayudarlos.

Pero les dio una importante enseñanza: -El respeto por las cosas de los demás es muy valioso. Si necesitan algo, no roben, ¡pidan! Los amigos asintieron con entendimiento. El árbol encantado comenzó a multiplicar las nueces y las zanahorias, llenando el bosque de comida.

Los animalitos aprendieron que el respeto y la honestidad son siempre la mejor opción. Desde ese día, todos los habitantes del bosque vivieron en armonía, compartiendo lo que tenían y pidiendo ayuda cuando la necesitaban.

Y así, el bosque encantado siempre estuvo lleno de amor, respeto, y comida para todos.

FIN.

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