El Bosque Feliz



Había una vez un hermoso bosque rodeado de altos árboles y lleno de vida. En ese bosque vivía una familia muy especial: Oso, niñas, papá y mamá.

Oso era un oso grande y amigable que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Las niñas eran dos hermanitas llamadas Lucía y Camila, quienes adoraban jugar en el bosque y explorar cada rincón junto a su amigo Oso.

Papá y mamá siempre estaban atentos a las aventuras de sus hijas, asegurándose de que estuvieran seguras en todo momento. Juntos formaban una familia feliz y unida. Un día, mientras Oso jugaba con las niñas cerca del río, se dieron cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo en el bosque.

Los pájaros ya no cantaban como antes, los árboles parecían tristes y las flores habían perdido su colorido. Preocupados por lo que pudiera estar pasando, decidieron investigar qué estaba causando esa tristeza en el bosque.

Se adentraron más profundo entre los árboles hasta llegar a una pequeña cueva donde encontraron a un búho llorando desconsoladamente. - ¿Qué te pasa, señor Búho? - preguntó Lucía con ternura.

- El malvado cazador ha capturado a todos mis amigos pájaros y ha dejado al bosque sin alegría - respondió el búho sollozando. La familia sabía que tenían que hacer algo para salvar al bosque. Decidieron buscar al cazador y convencerlo de que liberara a los pájaros.

Con valentía y determinación, Oso, las niñas, papá y mamá se aventuraron en el bosque para encontrar al cazador. Después de mucho buscar, finalmente lo encontraron escondido detrás de un gran árbol.

- ¡Señor cazador! - exclamó Camila con voz firme -, necesitamos que libere a los pájaros. El bosque está triste sin ellos. El cazador miró sorprendido a la familia y por primera vez se dio cuenta del daño que había causado.

Reflexionó sobre sus acciones y decidió hacer lo correcto. - Tienen razón - dijo el cazador con arrepentimiento -. He sido egoísta y no he pensado en cómo mis acciones afectan al bosque y a todos sus habitantes. Liberaré a los pájaros inmediatamente.

La familia celebró la decisión del cazador y juntos fueron hacia la cueva donde estaban encerrados los pajaritos. Con cuidado, abrieron las jaulas y dejaron volar a cada uno de ellos hacia la libertad.

El bosque volvió a llenarse de alegría mientras los pájaros cantaban felices entre las ramas de los árboles. Oso, las niñas, papá y mamá sonreían satisfechos sabiendo que habían hecho una buena acción por el bienestar del bosque.

Desde ese día, Oso, las niñas, papá y mamá continuaron cuidando del bosque junto a todos sus amigos animales. Aprendieron la importancia de respetar la naturaleza y ayudar siempre que pudieran.

Y así fue como esta hermosa familia, junto a todos los habitantes del bosque, vivieron felices y en armonía por siempre.

FIN.

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