El bosque limpio


Había una vez en un hermoso bosque, dos amigos muy especiales: Luna, una ardilla curiosa y traviesa, y Sol, un búho sabio y bondadoso. Ambos se preocupaban por el planeta y siempre buscaban maneras de ayudar a cuidarlo.

Un día, mientras paseaban por el bosque, Luna encontró una bolsa de plástico tirada en el suelo.

Se acercó a ella con curiosidad y dijo:- ¡Oh no! ¿Qué hace esta bolsa aquí? Deberíamos reagarrarla para que no dañe a los animales del bosque. Sol asintió con sabiduría y respondió:- Tienes razón, Luna. El plástico es muy peligroso para nuestros amigos del bosque. Vamos a reagarrarlo y llevarlo al centro de reciclaje más cercano.

Los dos amigos comenzaron a recolectar basura por todo el bosque: latas vacías, botellas de vidrio, papeles sucios... Cada objeto que encontraban lo depositaban en una gran bolsa que llevaban consigo.

- ¡Mira Sol! -exclamó Luna emocionada- ¡Encontré una lata vacía! ¿Dónde la ponemos? - Esa va en la bolsa amarilla para reciclar metal -respondió Sol con paciencia. Así continuaron su labor durante todo el día, limpiando el bosque y separando los materiales para reciclarlos correctamente.

Al finalizar la jornada, estaban agotados pero felices por haber contribuido a cuidar su hogar. De regreso a sus casas en un árbol gigante, Luna miró a Sol con admiración y le dijo:- Gracias por enseñarme lo importante que es cuidar nuestro planeta.

Prometo ser más consciente de mis acciones y siempre ayudar a mantener limpio nuestro hogar. Sol sonrió con cariño y abrazó a su amiga diciendo:- Juntos podemos lograr grandes cosas si trabajamos en equipo.

Nunca subestimes el poder de tus acciones para hacer del mundo un lugar mejor.

Y así terminó ese día tan especial en el que Luna y Sol se convirtieron en verdaderos guardianes del medio ambiente, inspirando a todos los habitantes del bosque a seguir su ejemplo y trabajar juntos por un futuro más verde y sostenible.

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