El bosque mágico de Ada Alma
Había una vez, en un hermoso paraje lleno de flores y árboles, una pequeña niña llamada Ada Alma.
Ella vivía en un acogedor hogar rodeado de naturaleza, donde cada día podía disfrutar del canto de los pájaros y el aroma dulce de las flores. Ada Alma era curiosa por naturaleza y siempre buscaba nuevas aventuras. Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró una extraña planta que nunca había visto antes.
Era alta y tenía hojas brillantes de colores vibrantes. Intrigada por la belleza de la planta, Ada Alma decidió llevarla a casa para cuidarla.
La colocó junto a su ventana para que recibiera la luz del sol y le dio agua todos los días. Poco a poco, la planta comenzó a crecer aún más alto y sus hojas se volvieron aún más hermosas.
Un día, mientras Ada Alma observaba cómo su planta crecía, notó algo sorprendente: ¡había pequeñas hadas revoloteando alrededor! Las hadas eran diminutas y tenían alas relucientes del color de las flores que rodeaban el lugar. Emocionada por este descubrimiento mágico, Ada Alma decidió hablar con las hadas. Se acercó lentamente y les dijo: "¡Hola! Soy Ada Alma.
¿Quiénes son ustedes?"Las hadas se miraron entre sí con asombro antes de responder: "¡Hola Ada Alma! Nosotras somos las Guardianas del Bosque Encantado. Hemos estado cuidando esta tierra durante mucho tiempo".
Ada Alma estaba emocionada al conocer a estas criaturas mágicas y les preguntó si podía ayudarlas en algo. Las hadas le contaron que el Bosque Encantado estaba enfrentando un problema: los árboles se estaban enfermando y las flores no crecían tan hermosas como antes.
Ada Alma, llena de determinación, decidió buscar una solución para salvar el Bosque Encantado. Se adentró en el bosque en busca de pistas y encontró a un viejo sabio que vivía en lo más profundo del bosque.
El sabio le dijo a Ada Alma que la clave para salvar el bosque estaba en su corazón.
Le explicó que cada vez que ella cuidaba de su planta con amor, energía positiva y buenos pensamientos, esas vibraciones se expandían por todo el bosque. Llena de esperanza, Ada Alma regresó a casa y comenzó a cuidar aún más de su planta con amor. Cada día hablaba con ella y le decía cuanto la quería.
Además, extendió este amor hacia todas las plantas del Bosque Encantado. Poco a poco, los árboles comenzaron a recuperarse y las flores volvieron a florecer más hermosas que nunca. El Bosque Encantado cobró vida nuevamente gracias al amor y la dedicación de Ada Alma.
Las hadas del Bosque Encantado estaban felices y agradecidas por la ayuda de Ada Alma. Le dieron una pequeña semilla mágica como regalo para recordarle siempre la importancia del amor hacia la naturaleza.
Desde ese día en adelante, Ada Alma siguió cuidando del Bosque Encantado con todo su corazón. Aprendió que el amor y la dedicación pueden hacer milagros, incluso en los lugares más maravillosos como aquel paraje lleno de flores y árboles donde ella vivía felizmente.
FIN.