El Bosque Mágico de Ángela
Ángela era una niña curiosa y valiente que adoraba explorar el bosque que estaba justo detrás de su casa. Cada tarde, después de terminar sus tareas, corría a ese lugar lleno de árboles altos, ríos cantarines y flores de todos los colores. Pero un día, mientras seguía a un pequeño pájaro de plumas brillantes, descubrió un sendero que nunca había visto antes.
"¿A dónde me llevarás, pajarito?" - preguntó Ángela con una sonrisa.
El pájaro la condujo a un claro del bosque donde había una puerta de madera pequeña y misteriosa, cubierta de enredaderas. Ángela se detuvo, su corazón latía con emoción.
"¿Debo abrirla?" - se preguntó en voz alta.
Cuando tocó la puerta, esta se abrió con un suave chirrido, revelando un mundo mágico lleno de colores vibrantes y criaturas sorprendentes. Había árboles que hablaban, ríos que cantaban y un cielo de colores pastel.
"¡Bienvenida al Reino de la Fantasía!" - exclamó un árbol enorme que parecía sonreír.
"¿Reino de la Fantasía? ¡Esto es increíble!" - dijo Ángela, mirando a su alrededor.
Pronto conoció a una pequeña hada llamada Lila, que revoloteaba a su lado con alas brillantes.
"Soy Lila, el hada del bosque. ¿Quieres jugar?" - le ofreció entusiasmada.
Ángela asintió, y juntas comenzaron a jugar. Saltaron, volaron y exploraron lugares mágicos, pero en su travesía, encontraron algo sorprendente: un grupo de animalitos que estaban tristes porque su hogar estaba siendo amenazado por un túnel que un grupo de duendes estaba cavando.
"¿Qué podemos hacer para ayudarles?" - preguntó Ángela, preocupada.
"Si esos duendes siguen cavando, el agua del río se contaminará y los árboles sufrirán" - explicó Lila, con lágrimas en los ojos.
Ángela sabía que debía actuar. Así que, llena de valor, se acercó a los duendes y les dijo:
"¿Por qué están cavando aquí? Este lugar es el hogar de muchos animales que necesitan el bosque."
Los duendes, sorprendidos por la valentía de Ángela, se detuvieron un momento. Uno de ellos, el más pequeño llamado Tico, respondió:
"No queríamos hacer daño... solo buscábamos un lugar para construir nuestra casa. Pero no sabíamos que este bosque era tan especial."
"¿Y si buscamos juntos un nuevo lugar para su casa?" - sugirió Ángela.
Los duendes miraron a Ángela y luego a los animales, y juntos decidieron explorar toda la zona para encontrar un sitio adecuado. Después de un rato de búsqueda, encontraron una colina perfecta, lejos del bosque mágico.
"¡Este lugar es ideal!" - exclamó Tico, saltando de alegría.
Con la ayuda de Ángela y Lila, los duendes construyeron su nuevo hogar sin poner en riesgo el bosque. Todos estaban felices. Los animales agradecieron a Ángela por ayudarles a mantener su hogar intacto.
"¡Eres una heroína!" - dijeron los pequeños conejoncitos.
Finalmente, cuando el sol comenzó a esconderse, Ángela se despidió de sus nuevos amigos.
"Prometeme que volverás a visitarnos, Ángela" - pidió Lila.
"Lo prometo, volveré siempre que pueda" - respondió Ángela con una gran sonrisa.
Al regresar a casa, Ángela supo que había aprendido algo valioso. No solo había descubierto un mundo mágico, sino que también había hecho nuevos amigos y había aprendido sobre la importancia de cuidar la naturaleza. Desde ese día, jugaba en el bosque con más alegría, sabiendo que allí había un rincón especial donde todo era posible.
FIN.