El bosque mágico de los chocolates



Santi era un niño al que le encantaba comer chocolates. Un día, después de buscar en la tienda más cercana, se dio cuenta de que no quedaba ninguno.

Decidido a encontrar más, se adentró en el bosque cercano a su casa. Mientras caminaba entre los árboles, Santi se sorprendió al ver luces brillantes y colores increíbles. Sin darse cuenta, había entrado en un bosque mágico. Emocionado, siguió caminando hasta que encontró una clara en el medio del bosque.

En el centro de la clara, descubrió una pequeña casa hecha de chocolate. Sorprendido, Santi se acercó y tocó la puerta. Para su asombro, la puerta se abrió y una voz suave y amigable lo invitó a entrar.

- ¡Bienvenido, Santi! Soy Chocolina, la guardiana del bosque mágico de los chocolates. - dijo una mujer encantadora con un vestido hecho de chocolate.

Chocolina le explicó a Santi que el bosque mágico era un lugar especial donde se cultivaban los chocolates más deliciosos del mundo. Le mostró los árboles de cacao, le enseñó cómo se hacían los chocolates y compartió con él la importancia de disfrutar los dulces de manera moderada.

Santi se maravilló con cada descubrimiento y aprendió la importancia de cuidar el bosque y ser agradecido por los alimentos que la naturaleza nos brinda. Al despedirse, Chocolina le regaló a Santi una caja llena de chocolates, con la promesa de que siempre podría volver al bosque mágico cuando necesitara más.

Con su corazón lleno de gratitud y conocimiento, Santi regresó a casa. Desde ese día, disfrutó de sus chocolates con moderación y compartió con su familia y amigos las lecciones que había aprendido en el bosque mágico.

Nunca más volvió a quedarse sin chocolates, y siempre recordó con cariño su asombrosa aventura en el bosque mágico de los chocolates.

FIN.

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