El bosque mágico de los hermanos valientes



Había una vez en un lejano reino, un demonio llamado Douma. Este demonio era muy poderoso y ocupaba el segundo lugar en la jerarquía de las lunas superiores.

Pero Douma tenía un gusto muy particular: le encantaba comerse a los cazadores de demonios más fuertes, conocidos como los pilares. También se deleitaba con la carne de los cazadores de bajo rango.

Un día, mientras Douma estaba acechando a su próxima presa, escuchó unas risas provenientes del bosque cercano. Se acercó sigilosamente para investigar y descubrió a dos niños jugando bajo la sombra de un árbol. Eran Tomás y Valentina, dos hermanos que vivían en el pueblo cercano al bosque.

Eran curiosos y aventureros, siempre buscando nuevas emociones en sus juegos. Douma se escondió entre los arbustos y comenzó a observarlos con interés. Estos niños parecían valientes y llenos de vida, algo que al demonio le resultaba extraño.

"Valentina, ¿te animas a explorar el bosque prohibido?" -le preguntó Tomás con entusiasmo. "¡Claro que sí! Vamos a descubrir todos sus secretos" -respondió Valentina sin dudarlo. Douma no podía creer lo que escuchaba.

¿Estos niños realmente estaban dispuestos a adentrarse en el peligroso bosque? Los hermanos caminaron por senderos desconocidos, saltaron sobre piedras resbaladizas e incluso treparon árboles altísimos sin temor alguno. Douma los seguía de cerca, esperando el momento perfecto para atacar.

Pero a medida que avanzaban, Tomás y Valentina comenzaron a notar algo extraño. Los árboles parecían más oscuros y las flores habían perdido su color. El bosque estaba enfermo y triste. "¿Qué le habrá pasado al bosque?" -se preguntó Valentina preocupada.

"No lo sé, pero tal vez podamos hacer algo para ayudarlo" -respondió Tomás decidido. Los niños continuaron explorando hasta llegar a un claro donde encontraron una pequeña luz brillante. Al acercarse, descubrieron una planta débil y marchita que apenas sobrevivía.

Valentina tomó la planta con cuidado en sus manos mientras Tomás buscaba agua para regarla. Juntos, cuidaron de ella día tras día, dándole amor y atención. Poco a poco, la planta comenzó a recuperarse.

Sus hojas volvieron a ser verdes y sus flores volvieron a abrirse mostrando hermosos colores. El bosque también empezó a cobrar vida nuevamente gracias al esfuerzo de los hermanos. Douma observaba desde lejos cómo estos niños lograban transformar un lugar oscuro en uno lleno de esperanza y alegría.

Se dio cuenta de que no siempre era necesario causar daño para obtener satisfacción; también se podía encontrar felicidad en ayudar a otros. El demonio decidió revelarse frente a los niños como una sombra oscura pero sin intenciones maliciosas.

"¡Hola!" -dijo Douma sorprendiendo a los hermanos"He estado observándolos y debo admitir que me han impresionado. Ustedes dos son verdaderos héroes". Tomás y Valentina se miraron sorprendidos, sin saber cómo reaccionar ante un demonio amistoso.

"Gracias, señor Douma" -dijo Tomás tímidamente-. "Solo queríamos ayudar al bosque y hacerlo feliz otra vez". Douma sonrió con satisfacción mientras su figura se desvanecía en el aire.

"Recuerden siempre que la verdadera valentía no radica en la fuerza o el poder, sino en las acciones que realizamos para hacer del mundo un lugar mejor" -susurró Douma antes de desaparecer por completo. Desde aquel día, Tomás y Valentina se convirtieron en los guardianes del bosque.

Cuidaban de cada planta y animal, asegurándose de que nunca más volviera a caer en la oscuridad. Y así, gracias a la valentía y determinación de dos niños, el bosque prohibido floreció nuevamente lleno de vida y color.

Y Douma aprendió que incluso los demonios pueden encontrar felicidad cuando deciden usar su poder para hacer el bien.

FIN.

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