El Bosque Mágico de More



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas, una niña de 10 años llamada More. Con su pelo marrón y una sonrisa que iluminaba su rostro, More pasaba horas soñando con su bosque mágico. A menudo lo imaginaba lleno de arcoíris, un río de colores pasteles que fluía suavemente, columpios hechos de flores y árboles de hojas verdes brillantes. Para ella, su bosque era un lugar encantado.

Una mañana, mientras exploraba el patio de su casa, More escuchó un susurro entre los árboles.

"More, ven aquí, este es tu bosque mágico" - decía una voz melodiosa.

Curiosa, More siguió el sonido y, para su sorpresa, descubrió un pequeño portal escondido detrás de un arbusto. Sin pensarlo dos veces, cruzó el umbral y, de repente, se encontró en un lugar vibrante, lleno de colores y risas. Allí estaban las criaturas más extraordinarias: un ratón que cantaba, un pez volador y un árbol que podía hablar.

"¡Bienvenida, More!" - dijo el árbol con voz profunda. "Este es el Bosque Mágico y tú eres la elegida para cuidarlo."

"Cuidarlo, ¿yo?" - preguntó More, sorprendida.

"Sí, cada vez que una niña o un niño cree en la magia, el bosque se vuelve más hermoso. Pero también necesita de tu ayuda para protegerlo de la tristeza y el olvido" - explicó el árbol.

More se sintió emocionada. "¡Voy a hacer todo lo posible!" - prometió con determinación.

A medida que exploraba el bosque, su belleza la inspiraba más y más. Pero un día, mientras jugaba, notó que el río de colores pasteles empezaba a desvanecerse, y las risas de las criaturas se silenciaban. Con miedo, se acercó al pez volador y preguntó:

"¿Qué está pasando?"

"El bosque se está entristeciendo porque hemos olvidado compartir la alegría con el mundo de afuera. Necesitamos que la gente vuelva a creer en la magia" - respondió el pez.

More comprendió que debía hacer algo.

"Voy a invitar a mis amigos del pueblo a que vengan a conocer el bosque. Juntos podemos revivir la magia" - exclamó.

Y así lo hizo. More organizó un paseo al bosque mágico, donde sus amigos se maravillaron al descubrir un lugar que parecía sacado de un sueño.

"¡Miren, un pez volador!" - gritó uno de sus amigos.

"¡Y ese árbol puede hablar!" - exclamó otro.

Todos se llenaron de asombro y comenzaron a jugar, reír y explorar. La alegría creció en el corazón del bosque y, poco a poco, el río de colores pasteles comenzó a brillar de nuevo.

"¡Lo hicimos, More!" - celebraron las criaturas, rodeando a la niña con cariño.

"Sí, pero debemos seguir cuidando este lugar mágico. Cada uno de nosotros puede hacer algo para mantener la alegría viva, no solo aquí, sino en el mundo entero" - dijo More con firmeza.

Desde aquel día, More y sus amigos se comprometieron a visitar el bosque mágico regularmente y a compartir su alegría con todos en el pueblo. Juntos aprendieron que la magia no solo existía en un lugar encantado, sino también en los gestos amables, los momentos compartidos y, sobre todo, en la amistad.

Y así, el bosque mágico de More no solo floreció, sino que se convirtió en un símbolo de esperanza y alegría, donde todos podían encontrar un rincón de felicidad.

La pequeña More había entendido que el verdadero bosque mágico se encontraba en el corazón de cada persona y que un acto de bondad era el mejor hechizo de todos.

FIN.

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