El bosque mágico y los guardianes del medio ambiente
En un soleado día de primavera, Héctor, Daniel, Nayla, Abril, Waseen, Marta, Siro, Natalia, Thais, Vega, Samara y Hala estaban disfrutando del recreo en su colegio.
Corrían y jugaban felices cuando de repente escucharon un ruido extraño proveniente de un árbol cercano. Curiosos como son los niños de 5 años, se acercaron al árbol para investigar. Para su sorpresa y alegría encontraron a un pequeño duende escondido entre las ramas.
Tenía una barba larga y puntiaguda, ojos brillantes y una expresión amigable en su rostro arrugado. - ¡Miren chicos! ¡Un duende! -exclamó emocionado Héctor. - ¡Es tan lindo! ¿Será nuestro amigo? -preguntó Daniel con entusiasmo. Los niños decidieron acercarse con cautela al duende para no asustarlo.
Se presentaron uno por uno mientras el duende les sonreía amistosamente. - Soy Héctor. ¿Cómo te llamas? -preguntó el niño rubio con curiosidad. - Me llamo Grisito.
Vivo aquí en este árbol desde hace mucho tiempo -respondió el duende con voz suave. Nayla sacó una manzana de su mochila y se la ofreció a Grisito. El duende aceptó encantado y mordió la jugosa fruta con gusto.
- ¡Qué rico! Muchas gracias por compartir tu comida conmigo -dijo Grisito mientras se limpiaba las manos llenas de jugo. Los niños se miraron entre sí y sonrieron. Decidieron llevar más comida para Grisito todos los días, convirtiéndose en su mejor amigo.
Cada uno traía algo especial de sus mochilas para compartir con el duende: galletitas, sándwiches, frutas y hasta chocolates. Grisito estaba muy agradecido por la bondad de los niños y quería devolverles el gesto.
Les enseñó sobre la importancia de cuidar la naturaleza, cómo plantar semillas y cuidar las flores del colegio. Los niños aprendieron a reciclar y a no desperdiciar alimentos. Un día, mientras compartían un picnic debajo del árbol donde vivía Grisito, el duende les contó una triste noticia.
- Chicos, tengo que irme. Mi hogar está en peligro porque van a talar este bosque para construir edificios -dijo Grisito con tristeza. Los niños se entristecieron al escuchar esto.
No querían perder a su amigo duende ni ver cómo destruían su hogar. Decidieron hacer algo al respecto. Juntos idearon un plan para salvar el bosque y convencer a las personas de que era importante preservarlo.
Pintaron carteles coloridos con mensajes sobre la importancia de la naturaleza y organizaron una marcha pacífica en la plaza del pueblo. La noticia se propagó rápidamente y muchas personas se unieron a ellos para proteger el bosque. El alcalde escuchó sus voces y decidió detener las obras de construcción.
El bosque fue declarado área protegida gracias al esfuerzo de los niños y la ayuda de Grisito. Todos celebraron con alegría y agradecieron al duende por su sabiduría y amistad.
Desde aquel día, Héctor, Daniel, Nayla, Abril, Waseen, Marta, Siro, Natalia, Thais, Vega, Samara y Hala visitaban a Grisito regularmente en el árbol. Juntos compartían risas y enseñanzas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Y así fue como estos valientes niños demostraron que la amistad y el trabajo en equipo pueden lograr grandes cosas. Aprendieron que cada pequeña acción puede marcar la diferencia y que siempre hay alguien dispuesto a escuchar si levantas tu voz por lo que crees.
Y así termina nuestra historia infantil inspiradora y educacional sobre Héctor, Daniel, Nayla, Abril, Waseen, Marta, Siro, Natalia, Thais, Vega, Samara, Hala quienes se convirtieron en amigos inseparables del duende Grisito mientras aprendían importantes lecciones sobre cuidado del medio ambiente.
FIN.