El Bosque Mágico y sus Guardianes



Érase una vez, en un hermoso y frondoso bosque llamado Verdeaux, donde los árboles eran altos y fuertes, y los animales vivían en armonía. En este bosque, todos tenían un amigo especial, una pequeña ardilla llamada Lila. Lila era curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba cerca del arroyo, Lila escuchó un rugido extraño.

"¿Qué será eso?" - se preguntó la ardilla, moviendo su colita con nerviosismo.

Decidida a descubrir el origen del sonido, Lila corrió por el sendero y llegó a un claro donde vio a su amigo, el oso Bruno, tratando de sacarse algo del pie.

"¡Bruno! ¿Estás bien?" - Lila se acercó rápida.

"No, Lila. Me duele mucho. Me lastimé con un trozo de plástico que estaba tirado aquí." - Bruno mostraba su pata herida.

"¡Oh no! ¿Por qué hay basura en el bosque?" - Lila exclamó, preocupada.

"Los humanos no cuidan nuestro hogar, y eso afecta a todos los que vivimos aquí. Necesitamos hacer algo" - Bruno dijo con seriedad.

Lila sintió un fuerte impulso de ayudar a su amigo y a su hogar, así que decidió organizar una reunión con todos los animales del bosque.

"¡Atención, amigos! Les pido que se reúnan en el Árbol Anciano esta tarde. Necesitamos hablar sobre algo muy importante" - anunció Lila.

Al caer la tarde, todos los animales acudieron al Árbol Anciano. Había ciervos, pájaros, conejos y hasta una familia de patos.

"Gracias por venir, amigos. Hoy descubrimos que nuestro bosque está en peligro" - dijo Lila, levantando la voz.

"Sí, por culpa de la basura que dejan los humanos" - interrumpió el pato Pipo, agitando sus alas.

"¡Debemos hacer algo!" - agregó la tortuga Tula. "Si no actuamos, nuestro hogar podría cambiar para siempre."

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a pensar en cómo podían ayudar. Pipo propuso:

"¿Podemos recoger toda la basura y hacer pilas para que los humanos las vean y se den cuenta de lo que está pasando?"

Lila aplaudió la idea.

"Sí, eso haremos! Mañana comenzaremos la gran limpieza del bosque" - exclamó con entusiasmo.

Al día siguiente, todos se unieron con bolsas grandes y empezaron a recoger la basura. Encontraron de todo: botellas, bolsas, latas. Poco a poco, el bosque comenzó a verse más limpio.

"¡Miren! Este lugar se ve increíble sin toda esta basura!" - dijo Bruno, levantando una gran botella del suelo. Todos se pusieron contentos al ver cómo cambiaba su hogar cada vez más.

Cuando terminaron, Lila tuvo otra gran idea.

"¿Por qué no dejamos un mensaje para los humanos?"

Así que decidieron hacer un cartel enorme con hojas y ramas que decía: "CUIDEN NUESTRA CASA, EL BOSQUE MÁGICO". Lila, Bruno y los demás animales fueron al claro donde había mucho tránsito de personas y colocaron el cartel como símbolo de su esfuerzo.

Pasaron los días, y un grupo de niños del pueblo se acercó al claro. Al ver el cartel, se detuvieron y empezaron a hacer preguntas.

"¿Qué significa eso?" - preguntó una niña de ojos curiosos.

"Eso significa que deben cuidar el bosque y no dejar basura" - respondió Lila desde lo alto de una rama.

Los niños, sorprendidos de poder hablar con una ardilla, comenzaron a entender.

"¡Lo haremos!" - prometieron los niños. "Vamos a hacer campañas para que nuestros papás también cuiden el bosque!"

Y así fue como, poco a poco, el mensaje de Lila y sus amigos llegó más allá del bosque. La comunidad comenzó a organizar limpiezas y crear conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.

Lila y los animales se sintieron felices al ver que su esfuerzo estaba dando frutos. Habían enseñado a los humanos a cuidar de su hogar y, al mismo tiempo, habían preservado su amado bosque.

Con el paso del tiempo, Verdeaux se convirtió en un lugar aún más mágico, donde humanos y animales aprendieron a vivir en armonía.

FIN.

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