El bosque preocupado



Érase una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y cantos de pájaros, los animalitos estaban muy preocupados. Todo el mundo se daba cuenta de que las cosas no eran como antes. Las frutas maduraban más rápido, el calor era intenso y la lluvia, a veces, no aparecía durante días.

Una mañana, mientras todos se reunían en el claro del bosque, el búho Don Sabio, conocido por todos, decidió hablar.

"Amigos, creo que debemos hacer algo. El clima está cambiando y eso nos afecta a todos. ¡Necesitamos ayuda!"

Las ardillas, que siempre estaban llenas de energía, levantaron sus pequeñas manitas.

"¡Podemos pedir ayuda a las personas! Ellos tienen muchas herramientas y saben cosas sobre el clima."

El ciervo Martín, con su gran astucia, añadió:

"¡Pero, cómo vamos a acercarnos a ellos! Son muy grandes y no entienden nuestro lenguaje."

La tortuga Tula, que siempre pensaba con calma, propuso:

"¿Y si hacemos un cartel enorme? Así podrán ver nuestro mensaje desde lejos."

Todos estuvieron de acuerdo, y las ardillas se pusieron a juntar ramas, hojas y piedras de colores para hacer el cartel. Después de un rato de trabajo, el cartel decía: "Por favor, ayúdennos. El bosque necesita su protección".

Una vez terminado, se determinó que los más valientes irían a la aldea cercana. El zorro Juanito y la ardilla Lila se ofrecieron. Al llegar a la aldea, vieron muchas personas caminando, pero estaban muy ocupadas.

"Perdonen, por favor", gritó Juanito. "¡Nosotros venimos del bosque y necesitamos su ayuda!"

Las personas, sorprendidas, se acercaron a escuchar.

"¿Animales hablando?" preguntó una niña con los ojos bien abiertos.

"Sí, somos de el bosque y estamos muy preocupados por el cambio climático. Por favor, cuiden de la naturaleza como nosotros lo hacemos."

Los aldeanos comenzaron a reirse, pero luego se dieron cuenta de que los animales estaban hablando en serio. La niña explicó a los adultos:

"¡Escúchennos! Si ellos están preocupados, nosotros también debemos preocuparnos por nuestro entorno. ¡Debemos cuidar nuestro planeta!"

Los adultos comenzaron a hablar entre sí y decidieron organizar un gran evento en la aldea, donde invitarían a todos a cuidar de la naturaleza. Cada uno en la aldea plantaría un árbol y aprenderían sobre la importancia de cuidar el agua y la tierra.

Esa tarde, todos los habitantes se reunieron en el bosque. Los animales estaban muy emocionados de ver a tantas personas.

"¡Gracias, amigos!" gritó Lila.

"Haremos del bosque un lugar más verde y fresco, juntos podemos lograrlo!"

Con gran alegría, comenzaron a plantar árboles, a limpiar el bosque y a aprender sobre el cuidado del medio ambiente. Los animales y los humanos trabajaron codo a codo.

Con el tiempo, el bosque comenzó a tener más flores, más árboles y cada vez menos basura. El sol brillaba, el agua corría clara y fresca.

"¡Miren lo que hemos hecho juntos!" dijo Martín el ciervo.

"La amistad entre nosotros es lo más importante!" añadió Don Sabio.

Y así, los animales del bosque y los aldeanos aprendieron que cuidando de su hogar, el bosque siempre sería un lugar hermoso y lleno de vida. Desde entonces, cada año celebraban un gran festival donde todos se reunían para recordar la importancia del cuidado del planeta.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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