El bosque protegido



Había una vez, en un bosque encantado de Argentina, un conejo muy especial llamado Pimpo. Pimpo era diferente a los demás conejos, ya que tenía el don de hablar con los árboles y las plantas.

Un día, mientras exploraba el bosque en busca de aventuras, Pimpo se encontró con un árbol muy peculiar. Tenía un tronco enorme y robusto que parecía tener una barriga redonda y abultada.

Pimpo se acercó curioso y le preguntó al árbol:- ¡Hola señor Árbol! ¿Cómo te llamas? El árbol respondió con una voz profunda y amigable:- ¡Saludos pequeño conejo! Me llamo Barrigón. Pimpo quedó sorprendido al descubrir que podía hablar con este árbol tan especial.

Desde ese momento, Pimpo visitaba a Barrigón todos los días para escuchar sus historias fascinantes sobre la naturaleza y aprender lecciones importantes. Barrigón compartió con Pimpo su sabiduría sobre cómo cuidar del medio ambiente y respetar a todos los seres vivos.

Le enseñó la importancia de plantar semillas para ayudar a crecer nuevos árboles y flores en el bosque. Un día, mientras conversaban bajo la sombra fresca de Barrigón, llegaron dos leñadores malvados al bosque.

Estos hombres no entendían ni apreciaban la belleza natural que había allí; solo querían talar los árboles para obtener madera. Pimpo se preocupó por sus amigos arbóreos y decidió actuar. Corrió velozmente a la madriguera de sus amigos, los conejos, y les contó sobre los leñadores.

Juntos, idearon un plan para proteger el bosque. En la noche, cuando los leñadores dormían cerca del árbol Barrigón, Pimpo y su grupo de conejos comenzaron a saltar y hacer ruido para despertarlos.

Los leñadores se asustaron y huyeron del bosque sin saber qué había pasado. Pimpo regresó con Barrigón y celebraron su victoria. El árbol estaba orgulloso de Pimpo por su valentía y determinación para proteger el bosque.

A partir de ese día, las historias de Pimpo y Barrigón se difundieron por todo el bosque encantado. Otros animales también aprendieron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y respetar la naturaleza gracias a las enseñanzas de Pimpo y Barrigón.

El bosque prosperó con nuevos árboles plantados por los animales que habían sido inspirados por la historia del valiente conejo misterioso. Y así, Pimpo continuó viviendo en armonía con sus amigos animales bajo la sombra protectora del árbol Barrigón.

Desde entonces, cada vez que alguien pasaba cerca del árbol Barrigón podía escuchar una melodía especial que emanaba desde su tronco: era el sonido feliz de un bosque lleno de vida gracias al amor y cuidado que todos aprendieron a darle gracias a Pimpo el conejo misterioso.

FIN.

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