El Bosque Renacido
El sol brillaba con fuerza sobre el bosque encantado, donde vivían los animalitos más alegres y traviesos.
El conejito Saltarín jugaba entre las flores, la mariposa Colibrí revoloteaba alrededor de los arcoíris, y el zorrito Astuto se escondía detrás de los árboles para asustar a sus amigos. Un día, mientras todos disfrutaban de un picnic en el claro del bosque, un oscuro nubarrón cubrió el cielo azul. Los animales sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpecitos animals y alados.
La dulce abeja Zumbona fue la primera en darse cuenta de que algo no andaba bien. "¡Amigos! ¡Algo malo está pasando! ¡Miren cómo se oscurece todo!", exclamó la abejita con voz temblorosa.
Los demás animales levantaron la vista hacia el cielo y vieron cómo las plantas empezaban a marchitarse y perder su colorido. El río dejó de cantar melodías alegres y su agua cristalina se volvió turbia y grisácea.
Los árboles gigantes ya no bailaban con tanta alegría, parecían estar tristes y cansados. "¿Qué está pasando?", preguntó asustado el conejito Saltarín. "No lo sé, pero debemos hacer algo para ayudar a nuestra casa", dijo decidida la mariposa Colibrí.
Los animales decidieron ir en busca del sabio Búho Sabio, quien vivía en lo más alto del bosque y siempre tenía respuestas a los problemas más difíciles. Con valentía y determinación, emprendieron su viaje hacia lo desconocido.
Después de atravesar praderas sombrías y senderos llenos de peligros, finalmente llegaron ante el imponente roble donde habitaba el anciano Búho Sabio. El búho los recibió con seriedad pero también con ternura en sus sabias pupilas brillantes.
"Oh sabio Búho Sabio, nuestro hogar se está marchitando y perdiendo su brillo. ¿Qué podemos hacer para salvarlo?", preguntó la mariposa Colibrí con angustia en su vocecita musical.
El anciano búho cerró sus ojos por un momento e inspiró profundamente antes de responder:"Queridos amigos, lo que ha ocurrido es que han olvidado cuidar y proteger este hermoso lugar que les brinda cobijo. Deben recordar que cada uno tiene una tarea importante para mantener vivo este mundo mágico.
"Los animales escucharon atentamente las palabras del Búho Sabio y comprendieron que debían trabajar juntos para devolverle la vida al bosque encantado.
El conejito Saltarín se comprometió a regar las plantas marchitas, la abeja Zumbona recolectaría néctar para alimentarlas; mientras tanto, la mariposa Colibrí esparciría polen por doquier para asegurar nuevas flores coloridas. Día tras día, los animalitos trabajaron incansablemente restaurando la belleza perdida del bosque encantado. Poco a poco, gracias a su esfuerzo conjunto y dedicación constante, lograron devolverle su antiguo esplendor al lugar que tanto amaban.
Y así fue como aprendieron una gran lección: cuidar de su hogar era responsabilidad de todos; solo trabajando juntos podían preservarlo para las generaciones futuras.
Desde entonces, el bosque encantado volvió a brillar con colores vivos y alegría eterna gracias al amor incondicional de sus entrañables habitantes.
FIN.