El bosque salvado por la amistad



En un hermoso bosque, vivían una abeja llamada Maya y una hormiga llamada Anita, que eran muy trabajadoras y amigas. Todos los días, Maya volaba de flor en flor recolectando néctar, mientras Anita recogía trozos de hojas para llevarlos al hormiguero. Por la tarde, se encontraban en el claro del bosque para contarse sus aventuras del día. Una tarde, mientras compartían sus experiencias, vieron una columna de humo que se elevaba sobre los árboles.

"¡Qué extraño! ¡Nunca habíamos visto algo así!" exclamó Maya.

"¡Es un incendio! ¡Tenemos que avisar a los demás y buscar refugio!" dijo Anita con preocupación.

Las dos amigas se apresuraron a zumbidos y carreras hacia el hormiguero. Allí, encontraron a la abeja y la hormiga mandibular, dos ancianos sabios del bosque, que estaban discutiendo angustiados sobre cómo podrían detener el incendio.

"¡Debemos actuar rápido, pero cómo detendremos ese fuego tan grande!" dijo la abeja mandibular.

"Debemos buscar una solución, el bosque y todos los que viven en él están en peligro" agregó la hormiga mandibular.

Maya y Anita se acercaron e compartieron lo que habían presenciado. Juntos, pensaron en una idea.

"¡Podríamos pedir ayuda a la nube del cielo!" sugirió Anita.

"Es una buena idea, las nubes tienen mucha agua. Podrían ayudarnos a apagar el fuego" dijo Maya emocionada.

Los ancianos mandibulares asintieron y todos se dirigieron a un claro donde podían ser vistos desde el cielo. Levantaron sus patitas hacia arriba y juntos comenzaron a cantar una antigua canción que atraía a las nubes.

El cielo se oscureció y una nube oscura apareció sobre ellos. La nube, al ver la preocupación en los ojos de las pequeñas criaturas, comenzó a deshacerse en miles de gotas de lluvia. La lluvia caía en forma de torbellino, apagando el incendio con su poder.

"¡Lo logramos!" gritó Maya mientras bailaba en el aire.

"Gracias, nube del cielo, por tu ayuda!" dijo Anita con gratitud.

El bosque estaba a salvo, y todas las criaturas del bosque celebraron juntas la valentía y la amistad que los había salvado.

Desde ese día, Maya y Anita enseñaron a todos que la amistad, el trabajo en equipo y el cuidado del medio ambiente son fundamentales para superar cualquier desafío. El bosque floreció de nuevo, lleno de vida y esperanza.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!