El botón en el nido de pajaritos
Había una vez un pequeño botón que había caído de una nave en un nido de pajaritos. Los pajaritos lo confundieron con uno de los suyos y lo cuidaron como si fuera su hijo.
El botón creció feliz, jugando y aprendiendo a volar con sus hermanos pájaros. Pero siempre sentía que algo le faltaba. Sabía que no era un verdadero pájaro, pero no sabía qué era.
Un día, mientras volaba por el bosque, se encontró con una mariposa amable que le preguntó: "¿Qué te pasa, pequeño amigo? Pareces triste". El botón suspiró y explicó: "Sé que soy diferente a mis hermanos pájaros. Soy solo un botón perdido en su nido".
La mariposa sonrió y dijo: "No te preocupes, amigo mío. Todos somos diferentes de alguna manera. Lo importante es aceptarnos a nosotros mismos tal como somos". El botón se sintió reconfortado por las palabras de la mariposa y decidió buscar a su verdadera familia.
Con la ayuda de sus amigos del bosque, comenzó su aventura para encontrar su hogar. Caminaron durante días hasta llegar a una gran ciudad llena de personas ocupadas caminando apresuradamente hacia algún lugar importante.
El botón estaba asustado e intimidado por todo el ruido y el movimiento frenético a su alrededor, pero siguió adelante. Finalmente llegaron al puerto donde vieron muchos barcos grandes navegando hacia el horizonte.
El botón sintió una chispa dentro de él cuando vio los barcos; tenía la sensación inexplicable de que su familia estaba en uno de ellos. Entonces decidió subirse a un barco y comenzar a buscar.
Después de revisar cada rincón del barco, finalmente encontró lo que estaba buscando: una caja llena de botones idénticos a él. El botón se emocionó al ver a su familia por primera vez.
Pero también sintió tristeza al darse cuenta de que nunca podría volar como sus hermanos pájaros o ser parte de su nido nuevamente. La mariposa amable apareció en ese momento y le recordó las palabras sabias que le había dicho antes: "Lo importante es aceptarnos a nosotros mismos tal como somos".
El botón entendió entonces que no importaba si era un botón o un pájaro, lo importante era encontrar su verdadero hogar y aceptarse tal como era.
Y así, el pequeño botón regresó con sus amigos del bosque y vivió feliz para siempre, sabiendo que había encontrado su lugar en el mundo.
FIN.