El brillo de Eloide



Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Estrellada, vivía Eloide, una joven estudiante apasionada por las estrellas.

Desde que era niña, pasaba horas mirando al cielo nocturno y soñaba con algún día viajar a Canadá para ver la aurora boreal. Eloide tenía una amiga muy especial llamada Maia. Ellas se conocían desde que eran bebés y compartían todo juntas.

Maia era su confidente y siempre estaba allí para apoyar a Eloide en todo lo que necesitara. Además de su amor por las estrellas, Eloide también jugaba vóley en el equipo de la escuela.

Le encantaba sentir la adrenalina correr por sus venas cada vez que saltaba para bloquear un saque o remataba la pelota hacia el otro lado de la cancha. Pero Eloide tenía un problema. Se enamoraba fácilmente de chicos que no le correspondían los sentimientos.

Cada vez que conocía a alguien nuevo, su corazón comenzaba a palpitar con fuerza y creía haber encontrado al indicado. Sin embargo, siempre terminaba desilusionada cuando descubría que ese chico no sentía lo mismo por ella.

Un día, durante un partido de vóley, Eloide conoció a Martín, un chico nuevo en la escuela que acababa de mudarse al pueblo. Martín era simpático, inteligente y muy buen jugador de vóley. Desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron en la cancha, Eloide sintió mariposas revoloteando en su estómago.

"Hola, soy Martín", dijo él acercándose a Eloide después del partido. "Hola, soy Eloide", respondió ella sonrojada. A partir de ese día, Martín y Eloide comenzaron a pasar mucho tiempo juntos.

Se ayudaban mutuamente con las tareas escolares, practicaban vóley juntos e incluso salían a mirar las estrellas por las noches. Eloide sentía que finalmente había encontrado al chico indicado. Pero sus viejos pensamientos negativos comenzaron a acecharla.

Empezó a dudar si realmente merecía ser feliz y tener una relación sana con alguien como Martín.

Una noche, mientras observaban juntos el cielo estrellado desde el cerro del pueblo, Martín tomó la mano de Eloide y le dijo:"Eloide, sé que has tenido malas experiencias en el pasado, pero quiero que sepas que yo estoy aquí para ti. Eres una persona increíble y me encantaría poder compartir muchas más noches como esta contigo. "Las palabras de Martín llenaron el corazón de Eloide de alegría y esperanza.

Se dio cuenta de que merecía ser amada y valorada tal como era. Desde ese día, Eloide decidió dejar atrás sus pensamientos negativos y disfrutar cada momento junto a Martín sin miedos ni inseguridades.

Y así fue como Eloide aprendió una importante lección: nunca debemos permitir que nuestros pensamientos nos impidan ser felices y encontrar el amor verdadero. Con determinación y confianza en uno mismo, podemos superar cualquier obstáculo y alcanzar nuestras metas más anheladas.

Y colorín colorado este cuento ha terminado; pero recuerda: ¡siempre sigue tus sueños como lo hace Eloide con las estrellas!

FIN.

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