El brillo de la diversidad
Había una vez un hermoso pueblito llamado Arcoíris, donde todos los colores brillaban con alegría. En este lugar mágico vivía Bauty, un pequeño unicornio de pelaje blanco y crin multicolor.
Bauty era muy especial porque siempre se sentía diferente a los demás unicornios. Mientras sus amigos soñaban con encontrar su pareja en el futuro, él no sabía si quería estar con una unicornia o con otro unicornio. Estaba confundido y eso le hacía sentir triste.
Un día, mientras caminaba por el bosque encantado, Bauty encontró a un simpático conejito llamado Pomponio. A diferencia de los demás animales del bosque, Pomponio tenía una personalidad muy abierta y tolerante.
- ¡Hola, amigo! ¿Por qué tienes esa carita triste? - preguntó Pomponio curioso. - Hola Pomponio, estoy confundido sobre mis sentimientos. No sé si me gustan las unicornias o los unicornios como pareja - respondió Bauty con timidez.
Pomponio sonrió comprensivamente y dijo: - Querido Bauty, no hay nada malo en ser diferente. Todos somos únicos en nuestro propio camino y eso es lo que nos hace especiales.
Amar a alguien no tiene nada que ver con su género; solo importa el amor que sientes en tu corazón. Bauty se sintió aliviado al escuchar estas palabras tan sabias y decidió abrirse más ante la posibilidad de amar sin prejuicios ni limitaciones.
A medida que pasaba el tiempo, Bauty comenzó a conocer a otros animales maravillosos del bosque que también eran diferentes. Había una jirafa con manchas de colores, un elefante que sabía volar y hasta un pez que cantaba ópera.
Juntos, formaron un grupo llamado "Los Diversos" para celebrar la diversidad en el bosque y enseñar a otros animales sobre la importancia de aceptarse a sí mismos y a los demás tal como son. Un día, mientras Los Diversos organizaban un festival lleno de alegría y música, Bauty conoció a otro unicornio llamado Brillante.
Brillante era igualmente hermoso pero tenía una crin plateada y ojos brillantes como estrellas. - ¡Hola! ¿Eres nuevo por aquí? - preguntó Bauty emocionado por conocer a alguien tan especial. - Sí, acabo de llegar al bosque.
Me dijeron que aquí todos son bienvenidos sin importar cómo sean - respondió Brillante con una sonrisa dulce. Bauty se sintió inmediatamente atraído por la amabilidad y ternura de Brillante.
Juntos comenzaron a pasar tiempo explorando el bosque mágico, riendo y compartiendo sus sueños más profundos. El amor entre ellos creció cada día más fuerte, demostrándole al mundo entero que el amor no tiene fronteras ni etiquetas. Los demás animales del bosque los admiraban por su valentía para amarse libremente.
Y así fue como Bauty descubrió que no importaba si era gay o no; lo importante era ser fiel a sí mismo y encontrar la felicidad en el amor verdadero sin preocuparse por lo que pensaran los demás.
Desde ese día, Arcoíris se convirtió en un lugar aún más especial, donde todos los colores brillaban con orgullo y cada criatura era libre de amar sin límites ni prejuicios.
Y así, Bauty y Brillante vivieron felices para siempre, enseñando al mundo que el amor verdadero tiene el poder de transformar corazones y hacer del mundo un lugar mejor. Ellos demostraron que la diversidad es algo maravilloso que nos hace únicos y especiales.
FIN.