El brillo de la generosidad
Había una vez en un tranquilo pueblo, una niña llamada María. Desde muy pequeña, a María le encantaba ayudar a los demás y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Era conocida por su generosidad y alegría. Sin embargo, un día el pueblo se vio envuelto en una terrible guerra. María, que era tan feliz y amable, comenzó a sentir que su corazón se volvía oscuro, como si la guerra hubiera apagado su luz interior. Ya no quería ayudar a nadie y su sonrisa se había desvanecido.
Un día, mientras caminaba por el pueblo con una mirada triste, se encontró con un anciano sabio. Él notó la tristeza en los ojos de María y decidió hablar con ella. «¿Qué te sucede, María? Solías ser la niña más alegre y generosa del pueblo», dijo el anciano con voz suave. María le contó cómo la guerra había oscurecido su corazón, haciéndola sentir triste y desanimada.
El anciano sabio escuchó con atención y luego le dijo a María: «La oscuridad que sientes en tu corazón puede ser vencida con la luz de la generosidad y la esperanza. A veces, en tiempos difíciles, es cuando más se necesita la bondad de las personas». Las palabras del anciano resonaron en el corazón de María, y ella decidió que, a pesar de la guerra, debía encontrar la manera de ayudar a su pueblo una vez más.
Decidió recolectar alimentos y ropa para aquellos que habían perdido todo en la guerra. Aunque al principio le costó trabajo, María poco a poco empezó a sentir una chispa de alegría al ver cómo su ayuda hacía la diferencia en la vida de los demás. La oscuridad en su corazón comenzó a disiparse a medida que se enfocaba en hacer el bien.
Con el tiempo, más personas del pueblo se unieron a María para ayudar a reconstruir lo que la guerra había destruido. Juntos, lograron traer de vuelta la luz y la esperanza que habían perdido. María entendió que, incluso en los tiempos más oscuros, su generosidad y alegría podían ser la luz que iluminara el camino para los demás.
Desde entonces, María continuó siendo una luz brillante en su comunidad, recordándoles a todos que la generosidad y la bondad siempre triunfarán sobre la oscuridad.
FIN.