El brillo de la noche



En un frondoso bosque, vivía un búho llamado Oli, que tenía un gran problema: le tenía pánico a la oscuridad.

Todas las noches, cuando el sol se escondía y la luna brillaba en lo alto del cielo, Oli se ponía muy nervioso y temblaba de miedo. Una noche, mientras Oli trataba de dormir con los ojos bien abiertos por el terror a la oscuridad, escuchó un suave revoloteo cerca de su nido.

Se asustó tanto que dejó escapar un chillido que resonó en todo el bosque. Cuando miró hacia arriba, vio a una hermosa polilla de colores brillantes posada en una rama. "Hola, soy Pili", dijo la polilla con una voz dulce y amigable.

"¡Oh! ¡Hola! Soy Oli", respondió el búho con timidez. Pili notó al instante el miedo en los grandes ojos de Oli y decidió acercarse para ayudarlo. "¿Por qué te veo tan asustado, amigo búho?""Tengo mucho miedo a la oscuridad.

Me siento solo y vulnerable cuando llega la noche", confesó Oli con tristeza. Pili sonrió comprensiva y le dijo:"No tienes por qué tener miedo. La oscuridad puede ser tu amiga si aprendes a verla desde otro lugar.

"Oli no entendía cómo podía ser eso posible, pero decidió confiar en Pili y escuchar lo que tenía para decirle. Durante varias noches consecutivas, Pili visitaba a Oli al anochecer y juntos charlaban sobre sus miedos e inseguridades.

Poco a poco, la valiente polilla fue enseñándole al búho diferentes formas de percibir la oscuridad: le mostraba cómo las sombras bailaban entre los árboles, cómo las estrellas brillaban en el cielo nocturno y cómo el silencio traía consigo paz y tranquilidad.

Con paciencia y dedicación, Pili guiaba a Oli en ejercicios para controlar su respiración cuando sentía miedo y le enseñaba técnicas para enfocar su mente en pensamientos positivos.

Juntos exploraban el bosque durante la noche, descubriendo sus secretos ocultos bajo la luz de la luna. Con el tiempo, Oli comenzó a sentirse más seguro consigo mismo y con su entorno.

Ya no temblaba de miedo cuando caía la noche; ahora esperaba ansioso poder disfrutar de sus momentos nocturnos junto a su nueva amiga Pili. Una noche estrellada, mientras volaban juntos sobre los árboles del bosque iluminados por la luna llena,"Gracias por enseñarme tanto", dijo emocionado Oli. "No hay nada que agradecer.

Todos tenemos miedos; lo importante es aprender a superarlos juntos", respondió cariñosamente Pili.

Desde ese día, Oli ya no era solo un búho asustado por la oscuridad; se había convertido en un sabio guardián del bosque que inspiraba a otros animales con su valentía y determinación para enfrentar sus temores. Y así fue como gracias al amoroso apoyo de una pequeña polilla llamada Pili, Oli aprendió que incluso en medio de las sombras más profundas, siempre habrá una luz capaz de guiarlo hacia adelante.

FIN.

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