El brillo de Lola



Había una vez en el polígono de la Paz, en Vistabella, una niña llamada Lola. Era muy traviesa, siempre buscando nuevas aventuras y desafíos que la mantuvieran entretenida.

A pesar de su espíritu juguetón, era feliz y generosa con sus compañeros. Un día, mientras caminaba hacia el colegio con su mochila llena de colores brillantes y pegatinas, se encontró con un grupo de niños que parecían tristes.

Sin dudarlo, sacó algunos lápices de su mochila y comenzó a repartirlos entre ellos. "¡Para que pinten sus sueños más coloridos!", les dijo con una sonrisa. Los niños se iluminaron al instante y empezaron a dibujar juntos en el suelo del patio.

Lola se sentó con ellos y compartió sus ideas más locas y divertidas. "-¿Qué te gustaría ser cuando seas grande? -le preguntó uno de los niños. ".

Lola miró al cielo pensativa por un momento antes de responder: "-Me encantaría ser manicurista para hacer brillar las uñas de todas las personas o maestra para enseñarles a pintar el mundo con colores felices. "-.

A partir de ese día, Lola siguió siendo traviesa pero también aprendió la importancia de ser generosa y compartir con los demás. Su fama como la niña más presumida del polígono de la Paz creció aún más, pero ahora era conocida no solo por su estilo único sino también por su corazón bondadoso.

Un día, mientras grababa un video para TikTok mostrando cómo pintaba las uñas con diseños creativos, recibió un mensaje inesperado: una escuela cercana le ofrecía la oportunidad de dar clases de arte a los niños los fines semana.

Emocionada por esta nueva aventura, Lola aceptó sin dudarlo. Con el tiempo, se convirtió en una maestra querida por todos sus alumnos, quienes admiraban su creatividad y entusiasmo contagioso.

Y aunque seguía soñando con convertirse en manicurista algún día, descubrió que enseñar a los demás a expresarse a través del arte también era una forma maravillosa de hacer brillar el mundo. Así es como Lola pasó sus días entre pinceles y colores, inspirando a otros a seguir sus sueños y nunca dejar de explorar nuevas posibilidades.

Y aunque todavía era tan traviesa como siempre, ahora lo hacía sabiendo que cada travesura podía traer consigo una lección valiosa sobre amistad y generosidad.

FIN.

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