El brillo de Marysol
Había una vez una niña llamada Marysol, que era tímida pero muy risueña. Siempre tenía una sonrisa en su rostro y un brillo especial en sus ojos. Además, era muy buena estudiante y le encantaba aprender cosas nuevas.
Sin embargo, a pesar de su alegría interior, Marysol se sentía un poco insegura al relacionarse con otras personas. Le costaba hacer amigos y siempre se mantenía callada en clase.
A veces, esto la hacía sentir triste y sola. Un día, la maestra anunció que habría un concurso de talentos en la escuela. Todos los alumnos podrían participar mostrando sus habilidades especiales frente a toda la comunidad escolar.
Marysol se emocionó mucho al escuchar esto, ya que siempre había querido demostrar su talento para el baile. Pero también sintió miedo.
¿Y si nadie le prestaba atención? ¿Y si se burlaban de ella por ser tímida? Sin embargo, decidió enfrentar sus miedos y dar lo mejor de sí misma. Marysol comenzó a practicar todos los días después de clases. Bailaba frente al espejo de su habitación e imaginaba cómo sería cuando finalmente tuviera que presentarse ante todos sus compañeros.
El día del concurso llegó rápidamente y el auditorio estaba lleno de estudiantes emocionados por ver las actuaciones de sus compañeros. Los nervios invadieron a Marysol mientras esperaba su turno detrás del telón.
Cuando finalmente fue su momento de brillar, salió al escenario con valentía y empezó a bailar al ritmo de una música animada. Sus movimientos eran suaves y elegantes, como si estuviera volando. A medida que Marysol bailaba, algo mágico comenzó a suceder.
Los demás alumnos se quedaron asombrados por la gracia y destreza de la niña tímida. Sus ojos brillaban con admiración y aplaudieron emocionados al finalizar su presentación. "¡Eres increíble, Marysol!", exclamó una compañera desde el público. "¡Nunca imaginé que tenías tanto talento!", agregó otro amigo.
Marysol sonrió tímidamente mientras recibía los aplausos. En ese momento, se dio cuenta de que no importaba ser tímida o callada, lo importante era confiar en sí misma y mostrar al mundo quién era realmente.
Desde aquel día, Marysol dejó de preocuparse por lo que los demás pensaran de ella. Siguió siendo risueña y buena estudiante, pero también aprendió a valorar sus habilidades únicas y a compartir su alegría con los demás.
A partir de entonces, Marysol se convirtió en una inspiración para muchos otros niños tímidos. Les enseñó que todos tenemos talentos especiales dentro de nosotros y que debemos tener el coraje de mostrarlos al mundo sin importar nuestras inseguridades.
Y así, Marysol continuó creciendo felizmente rodeada de amigos verdaderos que la aceptaban tal como era: una niña tímida pero llena de luz y talento.
FIN.