El brillo de Mateo en Villa Esperanza


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Mateo. Mateo era un niño muy especial, ya que tenía una discapacidad que le impedía caminar como los demás niños de su edad.

Esto hacía que algunos de sus compañeros de escuela lo discriminaran y se burlaran de él.

Pero lo que esos niños no sabían es que Mateo tenía algo único y maravilloso: ¡una mente brillante y creativa! A pesar de su discapacidad física, Mateo era increíblemente inteligente y tenía una imaginación sin límites. Le encantaba leer libros, inventar historias y resolver acertijos complicados. Un día, la maestra de Mateo anunció un concurso de dibujo en el colegio.

Todos los niños estaban emocionados y comenzaron a dibujar diferentes cosas: animales, paisajes, personas. Mateo también quiso participar, a pesar de que sabía que muchos se reirían de su dibujo por su condición física.

"¡Vamos Mateo, muéstranos tu dibujo!" -exclamó uno de los niños más traviesos del salón. Mateo respiró hondo y mostró su creación: un hermoso arco iris lleno de colores brillantes y radiantes. Todos los niños se quedaron asombrados al ver el increíble talento artístico de Mateo.

"¡Es increíble! Nunca había visto algo tan bonito" -dijo una niña con lágrimas en los ojos. A partir de ese momento, todos en el colegio empezaron a valorar las habilidades únicas de Mateo.

Lo invitaban a jugar con ellos, le pedían ayuda para resolver problemas matemáticos difíciles e incluso le pidieron consejos para ser más creativos en sus propias actividades escolares. Mateo se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo.

Les enseñó que la verdadera belleza está en el interior, en nuestras habilidades únicas y especiales que nos hacen ser quienes somos. Y así, gracias a su inteligencia y creatividad, Mateo logró superar la discriminación y convertirse en un niño admirado por todos.

Siempre recordaba aquella frase que su abuelita le decía: "No importa las limitaciones físicas que tengas, siempre podrás brillar con luz propia si muestras tu verdadero yo".

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero la inspiradora historia de Mateo seguirá viva por siempre en Villa Esperanza.

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