El brillo de mis sueños
Había una vez, en el bullicioso centro de la ciudad de Buenos Aires, un niño llamado Juanito. Juanito vivía en una pequeña casa junto a su madre y su hermanita María.
A pesar de ser muy joven, Juanito tenía que trabajar para ayudar a su familia. Todos los días, desde temprano por la mañana hasta tarde en la noche, Juanito se dedicaba a limpiar zapatos en las calles del centro.
Armado con un cepillo y una caja llena de betún, recorría las concurridas veredas ofreciendo sus servicios a los transeúntes. Un día soleado, mientras trabajaba afanosamente limpiando unos zapatos elegantes frente a un lujoso edificio, apareció don Roberto.
Era un hombre amable y generoso que siempre llevaba una sonrisa en el rostro. Don Roberto quedó impresionado por la habilidad y dedicación de Juanito. "¡Vaya! Eres todo un experto en limpiar zapatos", exclamó don Roberto sorprendido.
Juanito levantó tímidamente la mirada hacia él y respondió: "Sí señor, me esfuerzo mucho para hacerlo bien". Don Roberto sonrió aún más ampliamente y le dijo: "Tienes talento, muchacho.
¿Qué te parece si te doy trabajo como mi asistente personal? Te pagaré bien y podrás ir a la escuela también". Los ojos de Juanito se iluminaron de emoción al escuchar aquellas palabras. No podía creer lo que estaba pasando. Finalmente tendría la oportunidad de estudiar como siempre había deseado.
A partir de ese momento, Juanito comenzó a trabajar junto a don Roberto en su oficina. Aprendió muchas cosas nuevas y se convirtió en un asistente muy eficiente. Pero lo más importante, don Roberto también le brindó la oportunidad de ir a la escuela.
Juanito estaba emocionado por poder aprender y hacer amigos en el colegio. Se esforzaba al máximo en sus estudios y siempre preguntaba a sus maestros si había algo más que pudiera aprender.
Con el paso del tiempo, Juanito se convirtió en un joven inteligente y trabajador. Gracias a su dedicación, logró obtener una beca para ingresar a la universidad. Estudió con ahínco y se graduó como abogado.
Pero Juanito no olvidó sus humildes orígenes ni las dificultades que enfrentó cuando era niño. Decidió utilizar su conocimiento para ayudar a las personas que no tenían acceso a la justicia.
Se convirtió en un abogado defensor de los derechos humanos y luchaba incansablemente por aquellos que no podían defenderse por sí mismos. La historia de Juanito se hizo famosa en toda la ciudad. La gente admiraba su valentía y determinación para superar los obstáculos de la vida.
Muchos jóvenes se inspiraron en él y siguieron sus pasos, sabiendo que cualquier sueño puede hacerse realidad si uno trabaja duro y nunca pierde la esperanza.
Y así, el niño que limpiaba zapatos en el centro de la ciudad se convirtió en un símbolo de perseverancia y superación personal, demostrando al mundo que todos tenemos dentro nuestro el potencial para lograr grandes cosas si nos lo proponemos.
FIN.