El Brillo de tus Ojos


Había una vez en un pequeño pueblo, una joven llamada Sofía. Sofía estaba enamorada del hermoso brillo de los ojos de Mateo, un joven apasionado por la música y la naturaleza. Ella se sentía deslumbrada cada vez que lo veía. Pasaba sus días admirando en secreto la forma en que sus ojos resplandecían al hablar de sus pasiones. Sin embargo, Sofía estaba llena de dudas, pensando que no era lo suficientemente buena para merecer el amor de Mateo.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con una lechuza sabia llamada Don Fermín. Don Fermín notó la tristeza en los ojos de Sofía y decidió ayudarla. "¿Qué te preocupa, querida Sofía?" preguntó con voz suave. Sofía derramó todas sus preocupaciones y miedos sobre no ser lo suficientemente especial para merecer el amor de Mateo. Don Fermín, con sabias palabras, le explicó que cada persona es única y especial a su manera, y que no hay nadie mejor o peor, simplemente diferente. Le enseñó a Sofía que el amor verdadero no busca la perfección, sino la conexión real entre dos personas.

Animada por las palabras de Don Fermín, Sofía decidió hablar con Mateo. Le confesó sus sentimientos y miedos, esperando lo peor. Sin embargo, para su sorpresa, Mateo le reveló que también la admiraba en secreto. Le dijo que la forma en que ella veía el mundo y la pasión con la que hablaba de sus sueños le habían robado el corazón. Comprendieron que no se trataba de ser mejor o peor, sino de ser ellos mismos y compartir su amor por las cosas que los hacían felices. Juntos, encontraron la belleza en sus diferencias.

Desde ese día, Sofía y Mateo disfrutaron de cada momento juntos, aceptándose tal como eran y celebrando sus pasiones individuales. Aprendieron que el amor verdadero no busca la perfección, sino la autenticidad y la conexión real. Y así, el hermoso brillo de sus ojos resplandeció aún más, iluminando el camino hacia un amor sincero y duradero.

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