El brillo del coraje


Había una vez una hermosa perrita llamada Luna, quien vivía feliz junto a su familia en un tranquilo barrio.

Sin embargo, cada vez que llegaba la Navidad y el fin de año, Luna se asustaba mucho por los ruidos fuertes de los juegos pirotécnicos que lanzaba su vecina, Rita. Luna era muy valiente en otras situaciones, pero esos estruendos le causaban mucha angustia.

Cuando escuchaba los primeros estallidos de las luces en el cielo, rápidamente se escondía debajo de la cama para protegerse del miedo. Un día, mientras Luna estaba acurrucada bajo la cama y temblando de miedo por los fuegos artificiales que llenaban el aire con sus destellos y sonidos atronadores, apareció su amiga Estrella.

Estrella era una luciérnaga encantadora que siempre brillaba con luz propia. Al ver a Luna tan asustada, Estrella decidió ayudarla a superar ese miedo.

Se acercó sigilosamente hasta donde estaba Luna y dijo: "-Luna, entiendo que te asusten los fuegos artificiales porque son muy ruidosos y brillantes. Pero debes saber que no te harán daño.

¿Quieres intentar enfrentar tu miedo juntas?"Aunque Luna seguía temblando bajo la cama, sintió un poco de curiosidad por lo que Estrella le proponía. Decidió salir lentamente de su escondite y preguntó: "-Estrella, ¿cómo puedo superar mi miedo? Me siento tan pequeña e indefensa ante esos ruidos tan fuertes".

Estrella sonrió y respondió: "-Luna, la valentía no tiene que ver con el tamaño o la fuerza física. La verdadera valentía está en enfrentar nuestros miedos y superarlos. Te propongo algo: cada vez que escuchemos un estallido de fuegos artificiales, contaremos hasta tres juntas y respiraremos profundamente.

Así aprenderemos a controlar nuestro miedo". Luna pensó por un momento y decidió confiar en su amiga Estrella. Juntas se prepararon para enfrentar los ruidosos juegos pirotécnicos de Rita.

Cuando el primer estallido llenó el cielo, ambas contaron en voz alta: "Uno, dos, tres" y tomaron una profunda bocanada de aire. A medida que pasaban los minutos, Luna comenzó a sentirse más tranquila. Los estallidos ya no le parecían tan aterradores como antes.

Con cada cuenta regresiva y respiración profunda, Luna se sentía más fuerte y segura. Después de esa noche especial junto a Estrella, Luna aprendió que enfrentar sus miedos era posible si tenía apoyo y confianza en sí misma.

A partir de entonces, las Navidades ya no eran motivo de temor para ella. Con el tiempo, Luna incluso logró ayudar a otros animales asustados por los fuegos artificiales durante las celebraciones navideñas. Les enseñaba cómo contar hasta tres y respirar profundamente para mantener la calma.

Desde aquel día en adelante, Luna vivió feliz junto a su familia durante todas las fiestas navideñas sin temerle a los juegos pirotécnicos gracias al apoyo de su amiga Estrella y a su propia valentía.

Y así, juntas, Luna y Estrella inspiraron a otros a enfrentar sus miedos y encontrar el valor dentro de sí mismos.

La historia de Luna nos enseña que todos podemos superar nuestros temores si confiamos en nosotros mismos y contamos con el apoyo de los demás. La valentía no está en evitar las situaciones difíciles, sino en enfrentarlas con coraje y determinación.

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