El brillo del corazón de Rosa


Había una vez en un lejano reino, una princesa llamada Rosa. Rosa era una niña muy especial, ya que tenía la habilidad de hacer brillar todo lo que tocaba.

Su cabello rosado resplandecía como el sol y su sonrisa iluminaba a todos los que la rodeaban. Un día, el rey, padre de Rosa, decidió organizar un gran baile en el palacio para celebrar el cumpleaños de su hija.

Invitó a todos los habitantes del reino y les pidió que llevaran sus mejores vestidos y joyas. Rosa estaba emocionada por la fiesta, pero también se sentía triste porque no tenía ningún vestido hermoso para lucir. Ella siempre usaba ropa sencilla y modesta.

Sin embargo, eso no le importaba demasiado, ya que siempre encontraba alegría en las cosas simples de la vida. Cuando llegó el día del baile, Rosa se puso su vestido más humilde y salió al jardín del palacio a jugar con las mariposas.

Mientras correteaba entre las flores, vio algo brillante debajo de un arbusto: ¡era un vestido mágico! Rosa se probó el vestido y en ese momento sintió cómo todo su ser se llenó de brillo aún más intenso que nunca antes.

Se miró en el espejo y quedó maravillada por lo hermosa que lucía. Con mucha emoción entró al palacio y todos los invitados quedaron boquiabiertos al verla.

El rey también se sorprendió al ver a su hija tan radiante. -¡Princesa Rosa, estás deslumbrante! -exclamó el rey. -¡Gracias, papá! ¡Encontré este vestido mágico en el jardín y me hace brillar aún más! La fiesta continuó con música, bailes y risas.

Rosa se sentía feliz rodeada de sus amigos y seres queridos. Pero entonces, un extraño personaje apareció en la fiesta: era una bruja malvada llamada Maleficia. Maleficia estaba celosa del brillo de Rosa y decidió hacerle una maldición para que perdiera su habilidad especial.

Se acercó sigilosamente a la princesa y le lanzó un hechizo oscuro. De repente, Rosa perdió todo su brillo y se sintió triste y apagada. Los invitados se alarmaron al ver lo que había ocurrido. -¡Oh no! -dijo el rey-.

¡Mi hija ha perdido su don! Pero Rosa no se rindió. Aunque ya no brillaba como antes, sabía que todavía tenía algo valioso dentro de ella: su bondad y amor por los demás.

Decidió hablar con Maleficia para pedirle que le devolviera su brillo. La bruja aceptó escucharla, pero solo si Rosa lograba superar tres pruebas difíciles. Rosa enfrentó cada prueba con valentía e inteligencia.

Demostró compasión al ayudar a un pájaro herido, generosidad al compartir su merienda con alguien hambriento y coraje al enfrentarse a sus miedos más profundos. Finalmente, después de superar las tres pruebas, Maleficia quedó impresionada por el corazón noble de Rosa y decidió deshacer la maldición.

El brillo regresó a Rosa con más fuerza que nunca y todos en el palacio celebraron su victoria. El rey se sintió orgulloso de su hija y le dijo:-Princesa Rosa, tu verdadero brillo siempre estuvo en tu interior.

Tu bondad y amor son lo que te hace especial. Desde ese día, Rosa siguió brillando con su hermoso cabello rosado y una sonrisa radiante, pero ahora también llevaba en su corazón la sabiduría de haber superado las pruebas de Maleficia.

Y así, la princesa Rosa vivió felizmente en el palacio, compartiendo su luz con todos los que encontraba en su camino.

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