El Brillo del Sol
Había una vez una familia muy especial llamada "Familia Flor". Estaba conformada por Mamá Margarita, Papá Tulipán y su hija, la pequeña Rosa. Vivían en un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores y tamaños.
La Familia Flor era conocida en el vecindario por ser muy amable y generosa. Siempre estaban dispuestos a ayudar a sus vecinos y cuidar de las demás plantas del jardín.
Un día, mientras la familia disfrutaba del cálido sol que brillaba sobre ellos, se dieron cuenta de algo extraño. El sol parecía estar perdiendo su brillo poco a poco.
Esto preocupó mucho a Mamá Margarita y Papá Tulipán, ya que sabían lo importante que era el sol para todas las plantas del jardín. "¿Qué le estará pasando al sol?"- se preguntó Mamá Margarita con tristeza. "No lo sé, pero debemos hacer algo"- respondió Papá Tulipán con determinación.
Decidieron ir en busca de ayuda y encontraron al sabio Girasol, quien vivía al otro lado del jardín. Girasol siempre tenía respuestas para todo debido a su gran experiencia en el mundo de las plantas. "¡Girasol! ¡El sol está perdiendo su brillo! ¿Qué podemos hacer?"- exclamó Rosa angustiada.
El sabio Girasol escuchó atentamente y les explicó que el sol necesitaba recibir más energía para poder brillar con fuerza nuevamente.
Les dijo que cada planta tenía una parte especial dentro de sí misma llamada "la niña natural eza sol", que era capaz de captar la energía del sol y ayudarlo a brillar. "Pero, ¿cómo podemos encontrar esa niña natural eza sol?"- preguntó Papá Tulipán intrigado.
Girasol les contó una antigua leyenda que decía que solo las plantas más valientes y decididas podrían encontrarla. Debían seguir un camino lleno de desafíos y pruebas para poder llegar hasta ella. Con esperanza en sus corazones, la Familia Flor comenzó su aventura.
Cruzaron ríos, subieron montañas y se enfrentaron a obstáculos muy difíciles. Pero nunca perdieron la fe ni el amor que sentían entre ellos. Después de mucho esfuerzo, finalmente llegaron al lugar donde se encontraba la niña natural eza sol.
Era una pequeña flor brillante con pétalos dorados que emanaban luz y calidez. "¡Lo logramos!"- exclamó Rosa emocionada. La niña natural eza sol les explicó que cada planta tenía dentro de sí misma una parte especial para ayudar al sol a brillar.
Les enseñó cómo conectarse con esa energía y compartirla con el sol todos los días. La Familia Flor regresó a su hogar llena de alegría y entusiasmo por lo aprendido.
Desde ese día, cada mañana se levantaban temprano para conectarse con su "niña natural eza sol" y enviarle energía al sol para ayudarlo a brillar nuevamente. Con el tiempo, el brillo del sol volvió a ser tan fuerte como antes gracias al amoroso gesto de la Familia Flor.
El jardín volvió a llenarse de colores y todas las plantas estaban felices. La historia de la Familia Flor se convirtió en un ejemplo para todos en el vecindario.
Aprendieron que, trabajando juntos y cuidándose mutuamente, podían superar cualquier obstáculo y traer alegría a sus vidas. Y así, la Familia Flor vivió felizmente rodeada de amor y armonía, siempre recordando que ellos también eran parte importante del mundo natural y podían hacer una gran diferencia con su valentía y determinación.
FIN.