El brillo del sol después de la caída



Martina era una niña alegre y activa a la que le encantaban los días soleados.

Todos los fines de semana, junto con su fiel compañera, su bicicleta roja, recorría los parques y las calles de su vecindario disfrutando del cálido sol. Sin embargo, un día, mientras daba un paseo en su bicicleta, Martina se cayó. El dolor y el miedo invadieron su corazón, y comenzó a dudar si alguna vez volvería a disfrutar montando su bicicleta bajo el sol.

-Martina, ¿estás bien? -preguntó su madre con preocupación. -Sí, mamá, estoy bien, solo me lastimé un poco, pero siento miedo de volver a andar en bici -respondió Martina con tristeza.

Su madre la abrazó y le dijo con cariño: -Entiendo que te sientas asustada, pero recuerda que los días soleados siempre regresan después de las tormentas, y tú eres más fuerte de lo que crees.

Martina reflexionó sobre las palabras de su madre y decidió que no dejaría que su caída la detuviera. Con determinación, poco a poco volvió a subirse a su bicicleta, superando el miedo con cada pedalada.

Con el apoyo de su familia, practicó y se esforzó, hasta que un día, finalmente logró montar su bicicleta con confianza y alegría nuevamente. Desde ese momento, Martina aprendió que las caídas pueden ser dolorosas, pero siempre hay una manera de levantarse y seguir adelante.

Descubrió que la valentía y la perseverancia son como un rayo de sol que brilla incluso en los días más nublados, recordándonos que siempre hay esperanza y alegría después de las dificultades.

FIN.

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