El búho azul y la comida robada


Había una vez un pequeño buho llamado Azul que vivía en un bosque encantado.

Azul era diferente a los demás búhos, su plumaje era de un color celeste brillante y eso hacía que muchos de sus compañeros se burlaran de él. Un día, mientras volaba por el bosque, Azul escuchó unos ruidos extraños provenientes del suelo.

Al acercarse para investigar, encontró a una familia de ratones quienes estaban muy preocupados porque habían perdido la comida que habían recolectado para pasar el invierno. "¡Hola! ¿Puedo ayudarlos en algo?", preguntó Azul con entusiasmo. Los ratones se sorprendieron al ver a un búho tan amable y diferente a todos los demás que conocían.

Le explicaron la situación y Azul no dudó en ofrecer su ayuda para encontrar la comida perdida. Juntos recorrieron todo el bosque buscando sin éxito hasta que llegaron al río, donde vieron flotando algunos paquetes envueltos en hojas.

Al acercarse descubrieron que eran los alimentos robados por una bandada de cuervos malvados del bosque vecino. Azul sabía que los cuervos eran más grandes y fuertes que él, pero también sabía lo importante que era esa comida para la familia de ratones y decidió actuar valientemente.

Con astucia logró distraer a los cuervos mientras los ratones recuperaban su comida. "¡Eres increíble!", exclamaron agradecidos los ratones al volver con sus provisiones.

Azul sonrió feliz por haber ayudado a alguien y descubrió que su color celeste no era un impedimento para hacer cosas importantes. A partir de ese día, todos los animales del bosque lo miraban con admiración y respeto.

La historia de Azul se difundió por todo el bosque y muchos jóvenes búhos comenzaron a imitar su actitud amable y solidaria. Así, poco a poco, se fue creando una comunidad más unida donde la diversidad era valorada por encima de las diferencias.

Desde entonces, Azul se convirtió en el protector del bosque encantado y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesitara. Todos aprendieron que ser diferente no es malo, sino todo lo contrario: ¡es lo que nos hace únicos e irrepetibles!

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