El búho enojado



En lo más profundo del bosque, vivía un búho llamado Bartolito. Bartolito era conocido por su gran sabiduría y por su carácter tranquilo, pero una tarde, mientras una fuerte lluvia caía sobre el bosque, Bartolito se encontraba más enojado que nunca.

-¡No puedo soportar esta lluvia! -gritaba Bartolito, agitando sus alas con furia. -¡Es imposible cazar con este tiempo!

Los demás animales del bosque miraban con asombro al búho, ya que nunca lo habían visto tan enojado. El zorro intentó acercarse para consolarlo, pero Bartolito lo apartó con un gesto brusco.

La lluvia continuaba cayendo, y Bartolito seguía dando vueltas de un lado a otro, sin poder encontrar paz. De repente, un relámpago iluminó el cielo y un trueno retumbó con fuerza. Los animales del bosque se refugiaron asustados, pero Bartolito no se movió de su lugar.

-Bartolito, ¿por qué estás tan enojado? -preguntó una dulce voz. Era Lila, la lechuza sabia del bosque, que había salido de su escondite para hablar con Bartolito.

-¡No puedo soportar esta lluvia! -repitió Bartolito con frustración. -No puedo volar, no puedo cazar, ¡no puedo hacer nada!

Lila observó a Bartolito con calma y le explicó que la lluvia era necesaria para que el bosque se mantuviera verde y lleno de vida. Le recordó que, a veces, las cosas que parecen malas a primera vista, en realidad traen bondades escondidas.

-Entiendo que estés frustrado, Bartolito. Pero recuerda que la lluvia trae consigo el renacimiento y la oportunidad de apreciar la belleza de la naturaleza de una manera distinta -dijo Lila con sabiduría.

Las palabras de Lila hicieron reflexionar a Bartolito, quien lentamente comenzó a comprender el mensaje. Observó la lluvia con nuevos ojos, y poco a poco su enojo se fue disipando. Finalmente, Bartolito se tranquilizó y agradeció a Lila por ayudarlo a ver las cosas de otra manera.

Desde aquel día, Bartolito aprendió a apreciar la lluvia y a encontrar belleza en los momentos difíciles. Nunca más volvió a enojarse por la lluvia, y se convirtió en un ejemplo para los demás animales del bosque.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!