El búho que salió de la chimenea



Había una vez un búho llamado Oliver, que vivía en lo alto de un viejo árbol en un bosque encantado.

Oliver era un búho muy curioso y siempre estaba ansioso por explorar el mundo que se extendía más allá de su hogar en el árbol. Un día, mientras volaba por el bosque, Oliver vio una hermosa casa con una chimenea humeante. Intrigado, decidió acercarse para ver qué se escondía dentro.

Al asomarse por la chimenea, Oliver resbaló y cayó directamente en la acogedora sala de estar, donde una familia de humanos estaba cenando.

- ¡Hola! Soy Oliver, el búho curioso, ¿me permiten quedarme un rato en su casa? - preguntó Oliver con su aguda voz.

La familia, sorprendida por la inesperada visita, decidió darle la bienvenida al pequeño búho. Oliver disfrutó mucho de su estadía en la casa, observando cómo las personas llevaban sus vidas diarias.

Pronto se hizo amigo de los niños, a quienes les encantaba escuchar sus aventuras en el bosque. Sin embargo, Oliver comenzó a sentirse inquieto al darse cuenta de que extrañaba su hogar en el árbol. Entonces, decidió emprender el regreso al bosque.

Antes de partir, los niños le regalaron un mapa del bosque para que nunca se perdiera.

Durante su vuelo de regreso, Oliver enfrentó desafíos y conoció a nuevos amigos, como un zorro astuto y un conejo saltarín. Finalmente, logró llegar a su árbol, donde fue recibido con alegría por sus compañeros búhos.

Desde ese día, Oliver visitaba la casa de la familia humana de vez en cuando, compartiendo sus fascinantes historias con ellos.

Así, descubrió que su hogar podía estar en dos lugares a la vez: en el árbol del bosque y en el corazón de quienes lo apreciaban. Y vivieron felices para siempre, disfrutando de la maravillosa amistad entre el mundo humano y el mundo de la naturaleza.

FIN.

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