El búho sabio


Ailen era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando aprender cosas nuevas. Desde pequeña, había demostrado un gran interés por la ciencia y la tecnología.

Por eso, cuando llegó el momento de elegir su carrera universitaria, decidió estudiar ingeniería. Pero a medida que avanzaba en su carrera, Ailen comenzó a sentirse abrumada por todas las cosas que tenía que aprender. Había tantas materias diferentes: matemáticas, física, química, programación...

¡Era como si nunca fuera a terminar de estudiar! Un día, mientras caminaba sola por el campus universitario, Ailen se detuvo frente a un árbol y suspiró profundamente. "¿Cómo voy a hacer para aprender todo esto?", se preguntó en voz alta.

De repente, escuchó una vocecita detrás de ella que dijo: "¡Hola! ¿Qué te pasa?". Ailen se dio vuelta y vio a un pequeño búho posado en una rama del árbol. "¡Oh! Hola", respondió Ailen sorprendida.

"Estoy un poco preocupada porque hay muchas cosas que tengo que aprender en mi carrera y no sé si voy a poder hacerlo". El búho sonrió sabiamente y le dijo: "No te preocupes tanto por lo que tienes que aprender.

Lo importante es disfrutar el proceso de aprendizaje". Ailen frunció el ceño confundida. "¿Disfrutar el proceso? Pero hay tantas cosas difíciles... ". El búho asintió con la cabeza comprensivamente. "Sí, puede ser difícil al principio.

Pero cada vez que aprendes algo nuevo o resuelves un problema difícil, sientes una gran satisfacción. Esa sensación es lo que te va a motivar a seguir aprendiendo". Ailen pensó en las palabras del búho y se dio cuenta de que tenía razón.

Tal vez no podía aprender todo de una sola vez, pero podía disfrutar el camino hacia ese objetivo. "Gracias por tus consejos", dijo Ailen sonriendo al pequeño búho.

"¡Creo que voy a intentarlo!"El búho asintió con la cabeza y desapareció volando entre los árboles. A partir de ese día, Ailen cambió su actitud hacia el aprendizaje.

Ya no se preocupaba tanto por todas las cosas que tenía que aprender, sino que disfrutaba cada clase y cada tarea como un nuevo desafío. Y poco a poco, fue descubriendo la belleza de la ingeniería y todas las cosas increíbles que podía hacer con ella.

Incluso cuando llegó el momento de enfrentar su tesis final, Ailen recordó las palabras sabias del pequeño búho y se concentró en disfrutar el proceso. Y gracias a eso, logró terminar su carrera con éxito y convertirse en una ingeniera increíblemente talentosa.

Desde entonces, siempre llevaba consigo un pequeño amuleto con forma de búho para recordarse a sí misma que lo importante era disfrutar el camino hacia sus objetivos. Y así fue como Ailen demostró al mundo entero que cualquier cosa es posible si uno tiene perseverancia y pasión por lo que hace.

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