El búho sabio



Había una vez en un frondoso bosque de Argentina, un búho llamado Simón. Simón vivía en un hermoso árbol alto y robusto. Aunque era inteligente y astuto, a veces le costaba ser paciente.

Un día, mientras volaba por el bosque, Simón vio a otros animales construyendo sus nidos. Los pájaros tejían ramitas para crear cómodos hogares para sus crías. Esto inspiró a Simón a construir su propio nido en lo alto de su árbol.

Emocionado con la idea, Simón comenzó a buscar ramitas y hojas secas para su nido. Sin embargo, cada vez que intentaba reagarrar una rama, esta se rompía o caía al suelo antes de llegar al árbol.

- ¡Ay! ¡Qué frustración! -se quejó Simón-. Parece que todo sale mal cuando intento construir mi nido. Simón estaba tentado de rendirse y abandonar la idea de tener un nido propio.

Pero entonces recordó algo importante: la paciencia y la perseverancia son virtudes valiosas. Decidido a superar los obstáculos, Simón respiró hondo y se dijo a sí mismo:- No importa cuántos intentos me tome o cuántas veces falle, no voy a rendirme. Seré paciente y perseverante hasta lograrlo.

Con esa determinación renovada, Simón continuó recolectando ramitas con más cuidado esta vez. Con cada intento fallido aprendió algo nuevo sobre cómo manejar las ramas sin romperlas.

Después de varios días de prueba y error, finalmente logró llevar algunas ramitas al árbol sin que se rompieran. Pero cuando comenzó a construir su nido, una fuerte ráfaga de viento sopló y lo desarmó por completo. - ¡Oh no! -exclamó Simón con tristeza-. Parece que todo está en mi contra.

Sin embargo, recordando su lección sobre paciencia y perseverancia, Simón decidió no dejarse vencer. Comenzó nuevamente desde cero, esta vez reforzando el nido con ramas más fuertes y asegurándose de que estuviera bien equilibrado.

Día tras día, Simón trabajaba arduamente en su nido. Aprendió a ser paciente y a disfrutar del proceso de construcción. A veces las ramitas se rompían o caían, pero eso ya no lo frustraba. Sabía que cada intento era una oportunidad para mejorar.

Un buen día, después de mucho esfuerzo y dedicación, Simón finalmente terminó su nido. Era hermoso y resistente, perfecto para él y sus futuros polluelos.

Lleno de alegría por haber logrado su objetivo gracias a la paciencia y la perseverancia, Simón se sentó en su nido sintiéndose orgulloso. Desde aquel día en adelante, todos los animales del bosque admiraban el maravilloso nido de Simón y le pedían consejos sobre cómo ser pacientes en momentos difíciles.

Simón les enseñaba con amor cómo la paciencia puede ayudarnos a superar los obstáculos y alcanzar nuestros sueños. Y así vivió felizmente rodeado de amigos que valoraban su sabiduría.

La historia de Simón el búho nos enseña que la paciencia y la perseverancia son claves para superar las dificultades. A veces, las cosas no salen como queremos a la primera, pero si seguimos intentándolo con calma y determinación, eventualmente alcanzaremos nuestros objetivos.

Y así como Simón compartió su sabiduría con los demás animales del bosque, también podemos inspirar a otros con nuestro ejemplo de paciencia y perseverancia.

FIN.

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