El búho travieso


Había una vez, en un hermoso bosque encantado, una coneja llamada Dorothy. Dorothy era muy amigable y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás animales que vivían en el bosque.

Su mejor amigo era un búho llamado Duo, quien solía acompañarla en todas sus aventuras. Sin embargo, un día algo extraño sucedió. Duo comenzó a comportarse de manera diferente.

En lugar de ser amistoso y leal como siempre había sido, comenzó a molestar y robarle cosas a Dorothy. La pobre conejita se sintió muy triste y confundida por el cambio repentino en la actitud de su amigo.

Un día, mientras caminaba por el bosque con su nuevo amigo conejo llamado Benito, Dorothy decidió enfrentar a Duo para averiguar qué le estaba pasando. Se acercaron al árbol donde vivía el búho y lo encontraron jugueteando con algunas zanahorias robadas del jardín de Dorothy. - ¡Duo! -exclamó Dorothy enfadada-.

¿Por qué estás robándome mis zanahorias? Pensé que éramos amigos. El búho miró sorprendido a la coneja y luego bajó la cabeza avergonzado. - Lo siento mucho, Dorothy -dijo Duo con voz apagada-.

Me sentí celoso porque pensé que te estabas olvidando de mí al pasar tanto tiempo con Benito. Dorothy se sintió comprensiva hacia su amigo búho y decidió darle una lección para enseñarle cómo se siente cuando alguien te traiciona o lastima tus sentimientos.

Le pidió a Benito que la ayudara con su plan. Al día siguiente, Dorothy y Benito se escondieron detrás de unos arbustos cerca del nido de Duo. Esperaron pacientemente hasta que el búho salió para buscar comida.

Entonces, Dorothy comenzó a hacer ruidos extraños para asustarlo. - ¡Buh! ¡Buh! -gritaba ella mientras agitaba sus patitas en el aire. Duo se sobresaltó y voló rápidamente hacia un árbol cercano, asustado por los sonidos inesperados.

Mientras tanto, Benito aprovechó la oportunidad para devolver todas las zanahorias que Duo había robado a Dorothy. Cuando el búho regresó al nido y vio las zanahorias nuevamente en su lugar, sintió remordimiento por lo que había hecho.

Se dio cuenta del dolor que le había causado a su amiga coneja y entendió lo importante que era la lealtad en una amistad. Duo fue corriendo hacia donde estaban Dorothy y Benito y les pidió disculpas sinceramente. - Lo siento mucho, Dorothy. Me comporté mal contigo y te lastimé.

No volverá a ocurrir. Eres una gran amiga, y no quiero perderte nunca más. La conejita aceptó las disculpas de Duo con alegría en su corazón.

Sabía que todos cometemos errores alguna vez, pero también aprendemos de ellos si estamos dispuestos a cambiar nuestras acciones. Desde aquel día, Duo demostró ser un amigo fiel y cariñoso para Dorothy.

Juntos continuaron explorando el bosque encantado, ayudándose mutuamente y aprendiendo lecciones valiosas sobre la importancia de la amistad y el perdón.

Y así, en medio de risas y aventuras, Dorothy, Duo y Benito descubrieron que incluso las mejores amistades pueden enfrentar obstáculos, pero con amor y comprensión siempre se puede encontrar una manera de reconciliarse y volver a ser amigos para siempre.

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