El burro y la tortuga sabia
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un burro llamado Mensajero. Mensajero era conocido por ser el burro más trabajador y amable de toda la región.
Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás y a llevar mensajes importantes de un lugar a otro. Un día, algo triste sucedió en Villa Esperanza. Jesús, el líder espiritual y amigo de todos en el pueblo, fue crucificado y enterrado en una sepultura vigilada por soldados.
Todos estaban muy tristes y preocupados por lo que podría pasar. Mensajero también estaba muy afectado por la situación. No entendía por qué habían hecho eso con Jesús, alguien tan bueno y amoroso con todos.
Se sentía impotente al no poder hacer nada para cambiar la situación. Era sábado, y todos en el pueblo estaban ansiosos esperando que llegara el domingo para ir a visitar la tumba de Jesús.
Mensajero decidió dar un paseo por el bosque cercano para despejar su mente y encontrar algo de paz en medio de tanta tristeza. Mientras caminaba entre los árboles altos y escuchaba el canto de los pájaros, Mensajero sintió una extraña sensación de calma invadiendo su corazón.
Era como si el bosque mismo le estuviera susurrando palabras de consuelo y esperanza. De repente, se encontró con una vieja tortuga llamada Donatella, quien vivía en una cueva escondida en lo profundo del bosque.
Donatella era sabia y tranquila, siempre tenía las palabras adecuadas para reconfortar a quienes la visitaban. "Hola, querido Mensajero", dijo Donatella con voz pausada pero cálida. "Ve que llevas una gran carga en tu corazón.
¿Qué te aflige tanto?"Mensajero suspiró profundamente antes de contarle a Donatella sobre lo sucedido con Jesús y cómo se sentía tan triste e impotente al respecto.
Donatella escuchó atentamente cada palabra de Mensajero y luego le dijo: "Querido amigo, sé que este es un momento difícil para todos nosotros. Pero recuerda que incluso en medio de la oscuridad más profunda puede haber luz. "Mensajero levantó la mirada hacia Donatella, intrigado por sus palabras. "¿A qué te refieres?", preguntó Mensajero con curiosidad.
Donatella sonrió con ternura antes de responder: "El bosque tiene sus propias maneras misteriosas de traer paz y consuelo a aquellos que buscan respuestas. Debes confiar en que todo sucede por alguna razón mayor.
"Las palabras de Donatella resonaron en lo más profundo del corazón de Mensajero. Comenzó a sentir una nueva sensación dentro de sí mismo; una mezcla de esperanza y tranquilidad que hacía tiempo no experimentaba. Decidió regresar al pueblo con esa nueva perspectiva en mente.
A medida que se acercaba al atardecer, vio cómo el cielo se llenaba lentamente con tonos cálidos y dorados mientras los rayos del sol se filtraban entre las ramas del bosque.
Al llegar al pueblo, Mensajero notó cómo la gente parecía estar más calmada y serena también. Habían encontrado consuelo unos en otros mientras esperaban ansiosos la llegada del domingo para visitar la tumba de Jesús.
Esa noche, Mensajero descansó bajo las estrellas sintiendo gratitud por haber encontrado esa paz interior gracias al consejo sabio de Donatella y al poder sanador del bosque.
Y así, mientras esperaban el nuevo amanecer junto al bosque tranquilo que ahora llamaba "el Bosque de la Paz", Mensajero supo que aunque las cosas parecieran difíciles o imposibles a veces, siempre habría un rayo de luz iluminando el camino hacia adelante.
FIN.