El caballero valiente y el dragón amistoso



Había una vez, en un reino muy lejano, un valiente caballero llamado Mike. Era conocido por su coraje y nobleza, y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Pero aunque era un gran guerrero, tenía un pequeño problema: tenía miedo de los dragones. Un día, mientras exploraba el bosque encantado junto a su fiel amigo cocodrilo Cuac Cuac, escucharon un fuerte rugido proveniente de lo alto de un volcán cercano.

Intrigados por el sonido, decidieron subir para ver qué ocurría. Al llegar a la cima del volcán, se encontraron con la sorpresa de sus vidas: ¡un gigantesco dragón estaba allí! Sus escamas brillaban bajo el sol y su fuego ardiente iluminaba todo el lugar.

Mike sintió miedo en lo más profundo de su ser, pero sabía que debía enfrentarlo para proteger al reino. Con paso tembloroso pero decidido, Mike desenvainó su espada y se preparó para luchar contra el feroz dragón.

Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Cuac Cuac dio un paso adelante y dijo:"¡Espera! Antes de pelear con él, ¿no deberíamos intentar hablar?"Mike miró a su amigo con incredulidad. ¿Hablar con un dragón? Parecía una idea descabellada.

Pero decidió darle una oportunidad y asintió con la cabeza. Cuac Cuac se acercó al dragón lentamente y comenzó a hablarle en voz baja.

El resto del diálogo fue inaudible para Mike debido a la distancia, pero pudo ver cómo el dragón parecía escuchar atentamente. Después de unos minutos, Cuac Cuac se acercó a Mike con una sonrisa en su rostro y dijo:"¡Lo logré! Resulta que este dragón no es malvado, solo estaba asustado y confundido.

Está dispuesto a hacer las paces si le demostramos que somos amigables. "Mike quedó sorprendido por la revelación de su amigo. Juntos, idearon un plan para mostrarle al dragón que no eran una amenaza.

Decidieron construir un puente entre los dos mundos: el de los humanos y el del dragón. Durante días, trabajaron arduamente construyendo el puente con madera y piedras. Fue un trabajo difícil, pero su determinación era más fuerte que nunca. Finalmente, el puente estuvo terminado.

Mike y Cuac Cuac invitaron al dragón a cruzarlo para demostrarle que podían ser amigos. Con paso cauteloso, el imponente dragón caminó sobre el puente hacia ellos.

Cuando finalmente llegó al otro lado del abismo, extendió sus alas y soltó un rugido de alegría. El reino entero celebraba esta nueva amistad entre humanos y criaturas mágicas.

A partir de ese día, Mike dejó atrás su miedo a los dragones y se convirtió en defensor de todas las criaturas fantásticas del reino. Él y Cuac Cuac viajaron juntos por todo lugar ayudando a quienes lo necesitaban. La historia del caballero valiente y su amigo cocodrilo enseña que no siempre es necesario luchar para resolver nuestros problemas.

A veces, la mejor solución es el diálogo y la comprensión mutua. Y así, el reino vivió en paz y armonía gracias a la amistad entre Mike, Cuac Cuac y el dragón gigante.

FIN.

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