El Caballero Valiente y el Dragón del Castillo
En un reino lejano, había un hermoso castillo rodeado de un espeso bosque. En ese castillo vivía un joven caballero llamado Sir Lucas. Era conocido por su valentía, pero también por su amabilidad. Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó un rugido ensordecedor.
"¿Qué fue eso?" - se preguntó Sir Lucas, decidido a investigar. Siguiendo el sonido, llegó a una cueva oscura y profunda donde, para su sorpresa, encontró a un enorme dragón de escamas brillantes y ojos llamativos.
"¡No te acerques!" - rugió el dragón, mostrando un par de dientes afilados.
"¿Por qué? No quiero pelear contigo, solo quiero entenderte" - respondió Sir Lucas con valentía, pero sin demostrar miedo.
El dragón se sorprendió ante la respuesta del caballero y bajó la guardia.
"Soy Drago, y estoy atrapado aquí. Mis alas son demasiado grandes para salir de esta cueva" - explicó el dragón, luciendo triste.
Sir Lucas, tocado por la situación, pensó en una solución.
"Quizás pueda ayudarte. Si me dejas, podemos trabajar juntos para encontrar una manera de liberar tus alas" - ofreció él.
Drago, desconfiado pero desesperado, aceptó la oferta. Juntos, comenzaron a buscar en la cueva cosas que podrían ayudar. Encontraron ramas fuertes y hojas grandes.
"Podemos fabricarte una especie de soporte con estas ramas para que puedas moverte mejor y luego encontrar la manera de que salgas de aquí" - dijo Sir Lucas, entusiasmado.
Después de muchas horas de trabajo en equipo, construyeron un soporte que se ajustaba alrededor de las alas de Drago. Por primera vez en mucho tiempo, el dragón fue capaz de moverse con más libertad.
"¡Esto es increíble! Gracias, amigo" - exclamó Drago, con una sonrisa que iluminaba su rostro.
Sin embargo, cuando Drago intentó salir de la cueva, se dio cuenta de que había un problema. La entrada era demasiado estrecha.
"No puedo salir así" - lamentó el dragón.
Desconcertado, Sir Lucas empezó a pensar en otra solución.
"Si derribamos algunas rocas que tapan la entrada, podríamos hacerla más grande" - sugirió, lleno de entusiasmo.
Ambos, llenos de energía, comenzaron a mover las piedras y rocas, trabajando juntos como un verdadero equipo. Finalmente, después de un gran esfuerzo, lograron abrir la entrada de la cueva.
"¡Lo conseguimos! Ahora podrás volar libremente" - dijo Sir Lucas, feliz con su logro.
Drago salió al exterior, sintiendo el sol por primera vez en siglos. Con gracia, extendió sus alas y alzó el vuelo, llenando el cielo con su rugido alegre.
"¡Gracias, amigo!" - gritó mientras volaba alto, danzando en el aire.
Los habitantes del reino miraban asombrados al dragón. Drago decidió regresar al castillo para agradecerle a Sir Lucas en persona.
"Voy a proteger tu reino como una muestra de gratitud" - anunció el dragón, decidido. Desde ese día, Drago se convirtió en el guardián del castillo y del bosque, siempre vigilante y listo para ayudar.
Sir Lucas y Drago se hicieron amigos inseparables, explorando juntos y enseñando a todos en el reino que la valentía no solo se trata de luchar, sino también de ayudar a quienes lo necesitan.
Y así, el joven caballero y el dragón vivieron muchas aventuras, demostrando que la verdadera amistad puede cambiar el mundo y que, a veces, un gesto de bondad es más poderoso que una espada.
"¡Lucha por la paz, no por la guerra!" - solían decir ambos a quienes querían escuchar, inspirando a los demás a ser amables y valientes.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.